Desde el pasado mes de noviembre, la basílica parroquia de la Milagrosa (García de Paredes, 45, Madrid, España) está...

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María nos señala a Jesús y constantemente nos invita a ponernos en disposición de escucha y reverencia ante Dios y sus designios.
María enseñó a reconocer a Dios en medio de la vida sencilla, a reconocer a Dios como Aquel que mira a todos, y de manera especial a los más sencillos.
La Medalla Milagrosa contiene los corazones de Jesús y de María, uno coronado de espinas y otro traspasado por una espada. El amor es capaz de vencerlo todo, por amor se puede todo.
María en el Evangelio de Lucas se nos presenta en constante movimiento, nunca vemos a la Virgen quieta o sedentaria.
La Medalla Milagrosa nos recuerda que María es la escogida de Dios, porque fue fiel y creyó en la Palabra de Dios.
El relato de las Bodas de Caná nos pone en sintonía con la esperanza del pueblo de Israel, que, como el maestresala, ansiaba beber el vino nuevo, el vino esperanzador de Jesús.
Que la Medalla Milagrosa, colgada en nuestro pecho, sea un aliciente para responder con amor y esperanza ante los desasosiegos que nos quieren paralizar.
María se presenta en medio de esa comunidad, como lo hizo en pentecostés, no para ser honrada sino para ser servidora, así como lo fue Jesús.
La M de María nos recuerda que, en el momento de cruz, Jesús estuvo acompañado por su madre y algunos discípulos y discípulas que se mantuvieron firmes ante la cruz.