Novena a la Virgen Milagrosa 2019: día 3

por | Nov 20, 2019 | Asociación de la Medalla Milagrosa, Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Oración:

Padre Misericordioso, Tú nos has enviado a tu Hijo Jesucristo, y en él has revelado todo tu amor, él se ha hecho historia con nosotros y nos ha predicado tu Reino de justicia, para librarnos del individualismo y del rencor. Concédenos la gracia de imitar siempre su vida, ayudados por la fuerza del Espíritu Santo, para poder ayudarte en la construcción de un mundo más humano.

Te pedimos que, a través de la meditación de tu Palabra y orando con fe esta novena podamos abrir nuestro corazón a la gracia de la conversión y que quienes portamos la Medalla Milagrosa, seamos verdaderos discípulos y testigos de Cristo Resucitado, para superar las contrariedades del mundo y llevar a otros la esperanza y la paz a nuestra sociedad.

Padrenuestro.

Gloria.

Oración a la Virgen María:

Madre de nuestro pueblo. La dulzura de tu mirada nos acompañe en esta novena que dirigimos en tu honor bajo la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.

Queremos de tus manos prodigiosas, recibir esos rayos de misericordia infinita que tú derramas sobre tus hijos, ser nuevos y verdaderos discípulos capaces de comunicar a otros el mensaje liberador de Nuestro Señor Jesucristo, ayúdanos a encarnar el Reino de Dios, para hacerlo vida en medio de nuestra comunidad y de nuestra familia. Tú has asimilado con amor la Misión del Padre y nosotros queremos salir contigo al encuentro de los pobres y de los que sufren, queremos ser para los demás, rostro de madre que ama, cuida, contempla y en enseña. Amén.

Oh María sin pecado concebida
Rogad por nosotros que recurrimos a vos

Gozos:

Respuesta: puede ser el estribillo de una canción o la jaculatoria (Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a ti.)

 Madre Milagrosa, de ternura y compasión
que haciendo historia de salvación
vas caminando siempre con tu pueblo
que a ti clama en la aflicción.

En mil ochocientos treinta,
en Francia, Calle del Bac,
auna pobre novicia,
la virgen santa se apareció.
Eran vísperas de San Vicente,
noche silenciosa de julio,
cuando la Madre dejó su trono
y en una pequeña capilla se presentó.

Siendo la media noche
un Ángel se apareció
para darle un anuncio
de parte de la Madre de Dios.
Las luces se iban prendiendo,
las puertas se iban abriendo
y al llegar a la capilla la hermana ansiosa la esperó.

La voz del cielo anunciaba
que la madre llegó.
La sede sacerdotal
con humildad ella ocupó.
La hermana Catalina
sus manos colocó
en las piernas de la Madre
y misión ella le encomendó.

En una mañana de noviembre
los sentidos no lo percibieron
pero un corazón atento
nuevamente a la Madre observó;
las insignias de la medalla
que Catalina vio, se han convertido
en fuente de milagro y amor.

“Haz acuñar una medalla”,
la Virgen le pidió
para ser portada por los fieles
con gran devoción.
Madre Santa, tu gran Medalla
es emblema de tu amor,
hoy nosotros la portamos
en señal de filiación.

Sea por Jesús, sea por María,
sea por el ejemplo de los santos que nos guían.
Y que por la Medalla Milagrosa
alcancemos la gracia de convertir
nuestros dolores en alegrías.

TERCER DÍA

La Medalla Milagrosa y la naturaleza devastada.

Signo: Varias matas o floreros, algunos animales de juguete y basura arrojada alrededor del signo (bolsas, envases, tarros, envolturas, etc.).

Símbolo: debajo de la imagen de la Virgen ponemos el mundo y la serpiente.

Lectura del Texto Bíblico: Apocalipsis 12, 1-5

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz. La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.

Palabra del Señor.

Reflexión:

El mundo sufre dolores de parto, por el mal que el hombre ha hecho sobre él, la era industrial y a explotación desmedida de las riquezas naturales ha llevado al planeta a un callejón sin salida de desolación y miseria.

El daño ambiental ha llevado a la desaparición de muchos ecosistemas y al exilio de muchas poblaciones y animales, como lo ha dicho el papa Francisco: “entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22)” (LS, 1).

En la Medalla Milagrosa encontramos también nuestro mundo, todo el con sus mares, ríos y continentes, él es destinatario de las gracias divinas. María esta sobre el mundo, no en una actitud de dominación, sino inclinada hacia él derramando bondades de parte de su Hijo. En la primera fase de la aparición la vemos con el mundo en sus manos, cuidando de él y cargándolo como una madre que vela por sus hijos.

Imitemos a María en estas dos actitudes, sobre el mundo para construir ambientes favorables que nos permitan convivir sanamente con todas las especies, y con él en nuestras manos para cuidar y proteger del bien preciado encomendado por Dios al hombre.

Explicación del Signo:

La Virgen María esta sobre el mundo pisando la serpiente, evocando la restitución de las relaciones humanas que se rompieron en el Edén. En el Jardín el hombre y la mujer cedieron a las pretensiones de “ser como dioses”, pero la obediencia de María trajo la salvación al mundo, por eso se presenta vencedora, por encima del mal.

Preguntas para reflexionar:

  • ¿De qué manera me estoy sintiendo comprometido con el cuidado de la “casa común”?
  • ¿Cómo católico estoy siendo pionero en medio de mi comunidad en temas ambientales, de reciclaje y de protección de los derechos de la tierra y los animales?

Oración a la Virgen Milagrosa:

Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa, que te manifestaste a Santa Catalina Labouré como mediadora de todas las gracias, atiende a mi plegaria.

En tus manos maternales dejo todos mis intereses espirituales y temporales, y te confío en particular la gracia que me atrevo a implorar de tu bondad, para que la encomiendes a tu divino Hijo y le ruegues concedérmela, si es conforme a su voluntad y ha de ser para bien de mi alma.

Eleva tus manos al Señor y vuélvelas luego hacia mí, Virgen poderosa; envuélveme en los rayos de tu gracia, para que a la luz y al calor de esos rayos me vaya desapegando de las cosas terrenas y pueda marchar con gozo en tu seguimiento, hasta el día en que bondadosa me acojas a las puertas del cielo. Amén.

Descargar la Novena completa pulsando sobre la siguiente imagen:

Fuente: https://www.corazondepaul.org/

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