Luisa de Marillac suplica a san Vicente de Paúl que considere dejar de acoger nuevos expósitos por falta de recursos, ya que las cuidadoras no pueden sobrevivir sin recibir lo que se les debe. Su carta muestra el doloroso conflicto entre la caridad y las limitaciones económicas al cuidar de los mÔs desprotegidos.








