“El Espíritu le dijo a Felipe: ‘acércate y camina junto a ese carro’ y Felipe corrió…”
Hech 8, 26-40; Sal 65; Jn 6, 44-51.
Felipe, lleno de entusiasmo misionero, tiene una ruta programada y de pronto el Espíritu le cambia sus planes; le pide que camine junto a un carro en el que viaja un funcionario extranjero y eunuco (eunuco quiere decir castrado): tres características que lo excluyen de la Ley. Este excluido va de viaje leyendo un pasaje de Isaías que anuncia a Cristo muerto y resucitado.
Felipe va aprendiendo que el Espíritu lo precede en la misión. Camina, pues, junto al carro y dialoga y evangeliza al funcionario, quien se abre a Jesús, que le está haciendo guiños en lo más íntimo de su corazón, se siente mirado con amor, se llena de alegría y pide ser bautizado… Manda parar el carro, bajan los dos al agua y Felipe lo bautiza.
¿Cuál es tu papel? ¿Misionero, funcionario, extranjero, ama de casa.? ¿Ya te diste cuenta que Jesús, su Padre y el Espíritu “te hacen guiños” en tu corazón? ¡Ánimo, déjate mirar, déjate amar! Ciertamente tu vida está rodeada de un amor grande y fiel del que nadie jamás te podrá separar.
El amor nos pone a caminar como a Felipe y nos llena la vida de alegría como al etíope.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
0 comentarios