Novena a la Virgen Milagrosa 2021: día 6

por | Nov 23, 2021 | Asociación de la Medalla Milagrosa, Formación, Reflexiones | 0 Comentarios

Oración:

Dios Padre, que nos infundiste de nuevo la Esperanza con tu Hijo Jesús y en su nacimiento nos has devuelto la alegría que habíamos perdido a causa del pecado. Hoy te pedimos que, junto a la Santísima Virgen, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nos enseñes a caminar construyendo tu Reino; que nuestra historia esté llena de la esperanza del Evangelio para anunciar a los cautivos la libertad, a los pobres su liberación y a todo hombre y mujer el gozo de la Buena Nueva de Nuestro Señor.

Llenos de una confianza renovada nos presentamos ante Ti sedientos de tu Palabra. Que al meditar día a día en esta novena, podamos abrir nuestro corazón a la gracia de la conversión, y que siendo discípulos y misioneros de Cristo y María podamos predicar con un testimonio de vida coherente. Ayúdanos a llevar la Medalla Milagrosa como guía de nuestro caminar. Amén.

Padrenuestro.

Gloria.

Oración a la Virgen María:

Madre de la Esperanza, la fe que te iluminó y la Palabra en la que creíste nos acompañe en esta novena que dirigimos en tu honor bajo la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que todos reunidos entorno a tu Hijo podamos recuperar la frescura del Evangelio y anunciar con gozo la esperanza a un mundo dividido por las discordias.

Tus rayos nos infunden la seguridad de que nuestra historia está confiada a la misericordia de un Dios que nos ama y que nos ilumina constantemente en las noches oscuras y dolorosas de nuestra vida. Hoy más que nunca gritamos al cielo implorando un nuevo renacer; que Tú nos ayudes a germinar en nuestros corazones la Palabra de Nuestro Señor y a anunciarlo vivo y resucitado entre nuestros hermanos. Amén.

– Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Dios te salve María…

Gozos:

Respuesta: puede ser el estribillo de una canción o la jaculatoria (Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a ti.)

Madre Milagrosa, de ternura y compasión
que haciendo historia de salvación
vas caminando siempre con tu pueblo
que a ti clama en la aflicción.

En mil ochocientos treinta,
en Francia, Calle del Bac,
auna pobre novicia,
la virgen santa se apareció.
Eran vísperas de San Vicente,
noche silenciosa de julio,
cuando la Madre dejó su trono
y en una pequeña capilla se presentó.

Siendo la media noche
un Ángel se apareció
para darle un anuncio
de parte de la Madre de Dios.
Las luces se iban prendiendo,
las puertas se iban abriendo
y al llegar a la capilla la hermana ansiosa la esperó.

La voz del cielo anunciaba
que la madre llegó.
La sede sacerdotal
con humildad ella ocupó.
La hermana Catalina
sus manos colocó
en las piernas de la Madre
y misión ella le encomendó.

En una mañana de noviembre
los sentidos no lo percibieron
pero un corazón atento
nuevamente a la Madre observó;
las insignias de la medalla
que Catalina vio, se han convertido
en fuente de milagro y amor.

“Haz acuñar una medalla”,
la Virgen le pidió
para ser portada por los fieles
con gran devoción.
Madre Santa, tu gran Medalla
es emblema de tu amor,
hoy nosotros la portamos
en señal de filiación.

Sea por Jesús, sea por María,
sea por el ejemplo de los santos que nos guían.
Y que por la Medalla Milagrosa
alcancemos la gracia de convertir
nuestros dolores en alegrías.

SEXTO DÍA

María en la espera con los Santos

Letra: R- Reino. San Pablo afirma que los cristianos corremos una carrera que nos llevará al encuentro con la plenitud del Reino de Dios.

Signo: Imágenes de varios santos, especialmente aquellos devotos a la Virgen Milagrosa: Santa Catalina, Santa Teresa de Calcuta, San Maximiliano Kolbe, Santa Laura Montoya, San Justino de Jacobis, siervo de Dios Frank Duff, etc.

Comentario inicial: Muchos hombres y mujeres desde 1830 hasta nuestros días han acompañado su camino de fe con la Medalla Milagrosa; algunos de ellos han sido elevados a los altares. Con la Virgen corremos esta carrera que nos llevará a la coronación gozosa junto con el Señor en la eternidad.

Lectura del Texto Bíblico: Apocalipsis 7, 11-17

“Y todos los Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes, se postraron con el rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: «¡Amén!

¡Alabanza, gloria y sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén! Y uno de los Ancianos me preguntó: «¿Quiénes son y de dónde vienen los que están revestidos de túnicas blancas?». Yo le respondí: «Tú lo sabes, señor». Y él me dijo: «Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono habitará con ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos».

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Reflexión:

Muchos Santos han llevado la Medalla Milagrosa, y han hecho de ella una relación especial con nuestra Madre. María corona la Iglesia que está triunfante en el cielo y acompaña a la que aún peregrina en la tierra; su presencia no solo nos señala a Jesús sino que constantemente nos invita a ponernos en disposición de escucha y reverencia ante Dios y sus designios.

La Medalla Milagrosa en su respaldo tiene 12 estrellas, son el símbolo del nuevo pueblo redimido por la sangre del Señor. Las estrellas luminosas reciben la luz de Cristo, Sol que nace de lo Alto, y ayudan a señalar el paso del tiempo y las estaciones. Así mismo, los Santos nos invitan a tomar la luz de Jesús y comunicarla a los demás y a señalar a los hombres y mujeres de todos los tiempos el camino para seguir a Jesús.

La santidad no es una misión imposible sino una virtud heroica de aquellos que han asumido los rasgos propios del discípulo y junto con María se disponen a hacer nuevas todas las cosas, infundidos del mismo Espíritu Santo que movió a los primeros cristianos.

Actividad en grupo:

  1. Describo algunas cualidades especiales de los Santos que conozco.
  2. ¿Qué virtudes heroicas conozco de las personas que día a día hacen bien su trabajo?
  3. ¿Qué entiendo por Santidad?
  4. ¿De qué manera la Medalla Milagrosa me ayuda en mi caminar cristiano de fe?

Oración final:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.

Descargar la Novena completa pulsando sobre la siguiente imagen:

Fuente: https://www.corazondepaul.org/

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