”Muéstranos, Señor, tu misericordia”
1 Re 19, 9. 11-13; Sal 84; Rom 9, 1-5; Mt 14, 22-23.
A veces nos cuesta descubrir a Dios y lo queremos encontrar según lo que nosotros imaginamos de Él; como Elías que trataba de encontrarlo en el viento, terremoto o fuego, pero Dios se presenta en la brisa suave.
En el evangelio vemos cómo Jesús puede ser todo~poderoso (acaba de dar de comer a una multitud y ahora camina sobre el agua), pero más que nada es todo-misericordioso, pues se compadece de la gente y de sus discípulos que tienen miedo, e incluso salva a Pedro cuando su fe se tambalea.
Alguna vez en nuestra vida hemos experimentado el miedo ante situaciones desconocidas o inesperadas, pero justamente en esos momentos es cuando Dios nos dice: “no tengas miedo” porque no estás sólo, hay alguien que te quiere y te lo demuestra, lo único que te pide es que tengas fe.
Señor Jesús pongo en tus manos mi vida y te pido que me llenes de tu espíritu para soltar confiadamente mis miedos y preocupaciones en tu Divina Providencia, porque nadie más que tú me cuida y me quiere entrañablemente.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Patricia de la Paz Rincón Limón
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