La dimensión sin límites de la Caridad vicentina

por | Ene 13, 2020 | Formación, Reflexiones, Sociedad de San Vicente de Paúl | 1 comentario

Uno de los mayores desafíos en el ámbito de las Conferencias Vicentinas es saber añadir, a la acción generosa de la simple entrega de bienes materiales, la acción efectiva de hacer viables las condiciones de vida adecuadas, para que las familias necesitadas vivan con dignidad, capacitándolas para su propio desarrollo, a fin de que ellas mismas venzan las barreras de la pobreza y de la miserabilidad, con el sudor de su trabajo y con la fuerza de Dios.

Esta reflexión nos remite a otra, más profunda y —sobre todo— evangélica, que trata de la Caridad en sí, el don mayor de Dios y la razón de existencia de la Sociedad de San Vicente de Paúl. La caridad lo es todo para nosotros. Si no tenemos caridad (generosidad) en nuestros actos, caeremos en la rutina de la filantropía y el mero asistencialismo. En verdad, nuestra caridad significa un amor sin límites que exige a los vicentinos una visión completa del ser humano sufriente, respetando su historia y sus anhelos.

Además de la ayuda tradicional que los Vicentinos dan a las personas necesitadas (cestas básicas, material de construcción, remedios, ropas y mantas, etc.) con vistas a su supervivencia, es necesario que los consocios actúen de manera innovadora en el sentido de buscar «atajos» para sacar a los asistidos de la pobreza. Tenemos competencia y conocimiento suficiente para sugerir alternativas en favor de nuestros asistidos.

Una sugerencia que puede ser útil para muchas Conferencias, especialmente para aquellas situadas en ciudades pequeñas, es la instalación de Obras Especiales, que pueden auxiliar bastante a la labor vicentina. En ciudades de mayor tamaño, se sugiere implementar las Obras Especiales mediante la asociación de varias Conferencias. Es decir, un grupo de Conferencias, que actúan en una misma región, que se unen y mantienen una obra de esa naturaleza, para bien de los pobres.

En el caso de los Consejos Vicentinos: ¿de qué sirve tener ociosa la sede del Consejo Particular (o de Zona) buena parte del año, apenas utilizada para las reuniones ordinarias mensuales? ¿No podríamos hacer más?

Otra sugerencia es la creación de Obras Especiales en las dependencias de las Obras Unidas. En un Hogar de Ancianos, ¿no sería interesante montar un curso de corte y confección, o de trabajos manuales, para aprovechar la experiencia de las ancianos y acercarles a los más jóvenes? Otro ejemplo: en una guardería vicentina, ¿no sería una gran oportunidad crear una Conferencia formada por los padres de los niños o por los educadores?

Por lo tanto, las Conferencias, los Consejos y las Obras vicentinas tienen plenas condiciones para emprender una acción realmente más eficaz, a favor de los necesitados, y enfocada en los proyectos de Cambio Sistémico que la Familia Vicenciana exhorta a realizar a sus ramas. San Vicente ya decía: «El amor es inventivo hasta el infinito»[1].

Dejamos una pista para reflexión: la Caridad con la que debemos auxiliar a los necesitados va más allá del aspecto material, constituyéndose en verdadera oportunidad de promoción humana. ¿Cómo hemos actuado en ese sentido en nuestra Conferencia o Consejo?

Notas:

[1]     Cf. SVP XI, 65. Hay que hacer notar que este dicho, que citamos a menudo en nuestra Familia Vicenciana, ordinariamente se usa para motivarnos a ser creativos pastoralmente, a responder a las nuevas formas de pobreza, a ser inventivos en nuevos programas de formación, a encontrar caminos de erradicar las causas de la pobreza. No obstante, «por conveniente  que  pueda  ser  este  uso  retórico  de  las  palabras  de  San  Vicente», su sentido original se refiere a la institución de la Eucaristía: «San Vicente, hablando a un hermano moribundo en 1645, le exhortaba a pensar en la misericordia de Dios. Después de describir muchas manifestaciones del tierno amor de Dios, San Vicente dijo al hermano que Jesús previendo su muerte, no quiso dejar a sus seguidores solos. Temía que en su ausencia sus corazones se enfriaran. Y así, San Vicente dice al hermano, “como el amor es inventivo hasta el infinito… instituyó este venerable sacramento que nos sirviera de alimento y de bebida… Como el amor lo puede y lo quiere todo, él lo quiso así”». Cf. Robert P. Maloney, C.M. El amor es creativo hasta el infinito: Sobre la Eucaristía en la tradición vicenciana. Vincentiana, nº 47, año 2003.

Renato Lima de Oliveira
16º Presidente General de la Sociedad de San Vicente de Paúl

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1 comentario

  1. Hna RAQUEL ARGEL

    Felicito por las publicaciones…

    Responder

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