Heb 12, 18-19. 21-24; Sal 47; Mc 6, 7-13.

“Les mandó que no llevaran nada para el camino”.

En la vida hay muchas necesidades que satisfacer, algunas son necesidades reales y otras son creadas, falsas. Ciertamente es indispensable satisfacer las necesidades básicas como la alimentación, el vestido, un lugar seguro para vivir, lo necesario para una buena higiene, pues en ello va en juego la vida.

Por otro lado, tener un carro último modelo, tener un teléfono inteligente o vestir con determinada marca de ropa, no son necesidades que requieran ser satisfechas con urgencia ya que son creadas por la mercadotecnia. Por ello, a muchas empresas les urge crear falsas necesidades que motiven a las personas a gastar dinero en algo que no necesitan.

Jesús manda a sus discípulos a la misión sin nada para el camino, “ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto”. Los discípulos necesitan satisfacer sus necesidades básicas, no necesitan más. Jesús quiere que sean personas confiadas en la Providencia de Dios y que no pongan su confianza en sus propias fuerzas o en las cosas.

San Vicente de Paúl nos invita a confiar en Dios. Decía: “Pongámonos en manos de la Providencia de Dios y no nos empeñemos en ir por delante de ella”.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Gladys López Pérez, hc