«Es una gran riqueza», dice la catequista Magdalena Dionisio, de la comunidad de Santo Tomás de Aquino en Lisboa.
Lisboa, 14 nov 2018 (Ecclesia) – El padre Nelio Pita, director del Seminario Mayor de la Congregación de la Misión de la provincia portuguesa, dice que proporcionar contacto con la realidad concreta de la sociedad a los futuros sacerdotes debe ser una prioridad para la Iglesia Católica.
En una entrevista a la Agencia ECCLESIA, en el marco de la Semana del Seminario, el responsable de la formación de los Misioneros Paúles subraya una dimensión «decisiva» que «tiene ventajas para todas las partes».
Tiene ventajas para «los seminaristas», que no aparecen como «sujetos distantes, como si fueran ángeles del otro mundo, alejados de la sociedad a la que más tarde van a servir»; y es importante también «para la comunidad cristiana, que se ve más involucrada, más comprometida en el proceso de crecimiento y maduración de sus vocaciones», subraya el padre Nélio Pita.
El Seminario Mayor de la Congregación de la Misión Provincia Portuguesa, localizado en el centro de Lisboa, en la Parroquia de Santo Tomás de Aquino, es un ejemplo de cómo se puede combinar la formación más teórica de los seminaristas con la experiencia dentro de la comunidad, y con la participación de los laicos en este proceso.
De acuerdo con el director de la institución, esto sucede también porque, desde el principio de la Congregación de la Misión, una «sociedad de vida apostólica» fundada por san Vicente de Paúl en 1625, siempre estuvo presente esta «dimensión comunitaria», como «parte vertebradora» de su existencia.
«Nacemos para una misión, pero vivimos en comunidad», subraya el padre Nélio Pita, que resalta el proyecto formativo que se desarrolla en un «ambiente familiar», con un equipo de «pocos sacerdotes», actualmente también «con pocos alumnos», y que privilegia «una interconexión muy grande con el medio pastoral, en este caso con la parroquia de Santo Tomás de Aquino».
La comunidad desempeña «un papel determinante» en la preparación de los futuros sacerdotes paúles, «tanto es así que al final de cada etapa los laicos que trabajan de forma más estrecha con los seminaristas» tienen una palabra que decir sobre su continuidad.
«Yo pregunto, a veces de una forma hasta anónima, la opinión de ellos acerca del candidato, si él puede o debe continuar, o no», indica el padre Nélio Pita.
El director del Seminario Mayor de la Congregación de la Misión de la provincia portuguesa, en Lisboa, también señala que, a partir del trabajo con los laicos en varias áreas, los seminaristas aprovechan las experiencias que, de otro modo, no vivirían en un entorno más separado, y que son esenciales «para el discernimiento vocacional».
Por ejemplo, «la dimensión familiar, la dimensión conyugal, la dimensión del trabajo, de la profesión», vivencias que no pueden ser «tabú», algo que ha sido «un error de otros tiempos», reconoce el padre Nélio Pita.
El Seminario Mayor de los Misioneros Paúles, en Lisboa, en la actualidad tiene un candidato para el sacerdocio, António José Clemente, o ‘Tozé’, como se le llama cariñosamente, de 32 años, natural de Alferrarede en Abrantes, en la diócesis católica de Portalegre-Castelo Branco.
A la par de su formación más teórica, ‘Tozé’ colabora con la catequesis parroquial, trabaja en las Conferencias de San Vicente de Paúl, una rama de la familia vicenciana que tiene como objetivo prestar asistencia a los más pobres, y colabora también en varias áreas litúrgicas, por ejemplo como miembro del coro y del grupo de acólitos.
Maria Helena Oliveira trabaja con el seminarista vicentino en el sector de la Catequesis de la Parroquia de Santo Tomás de Aquino..
«Esta es la vida real, y el contacto con las familias, con personas de cualquier edad, es lo que hace más apto, desde mi punto de vista, al que desee ser pastor de una comunidad. A hacer bien su trabajo, a estar, a ser efectivamente pastor», subraya esta laica.
Madalena Dionisio, que también colabora con «Tozé» en la misma área, destaca «un efecto casi sinérgico», de «una riqueza muy grande», que permite también desmitificar un poco esta dimensión de la vocación entre los adolescentes y jóvenes.
«Ellos se benefician del hecho de estar en contacto con nosotros en el día a día, con los jóvenes, y prestan un testimonio que es muy importante porque elimina un poco ese estigma del ser seminarista, de algo muy lejano, lejos de la vida del día a día», completa la catequista.
El acompañamiento de la parte afectiva de los seminaristas, al nivel psicológico, con la implicación también de los laicos, con profesionales del sector, es otro pilar fundamental del programa formativo del Seminario Mayor de la Congregación de la Misión.
«El sacerdocio es una vocación que exige al hombre entero, no es sólo una parte de nosotros la que va a servir al Señor, la parte intelectual. También no es sólo la parte afectiva, nosotros no somos acéfalos, y es necesario que el Hombre entero se prepare para esta misión, porque si no encontraremos sorpresas que pueden sacudir la vocación», observa el padre Nélio Pita.
El responsable del seminario recuerda también la importancia del acompañamiento de los sacerdotes después de la ordenación, de forma continua.
«Esto es un aspecto fundamental y algunos fracasos, algunas salidas de sacerdotes se debe en gran parte a la falta de seguimiento después de la ordenación. Es un área que tenemos que trabajar», admite el director del Seminario Mayor de la Congregación de la Misión de la Provincia Portuguesa.
La Iglesia Católica en Portugal ha celebrado hasta el día 18 de noviembre la Semana de los Seminarios, cuyo lema ha sido ‘Formar discípulos misioneros’.
JCP
Fuente: Agência ECCLESIA
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