Novena a Santa Luisa de Marillac, día 6

por | May 5, 2017 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Hace 400 años, Dios puso en el corazón de San Vicente el deseo ardiente de entregarse por entero al servicio de los más pobres, y más adelante conocería a su gran amiga y compañera de misión, a quién le confio en primer lugar las Cofradias de la Caridad y luego el nacimiento de las Hijas de la Caridad. Te invito a que juntos vivamos esta novena como un espacio para descubrir las muchas facetas de santa Luisa de Marillac, a través de sus escritos más relevantes, que estos nueve días sean para nosotros de gran amor y piedad para que al celebrar esta fiesta el 9 de Mayo nos unamos a toda la iglesia para clamar a una sola voz que nuestro carisma Vicentino aún sigue vivo. Autor: Andrés Felipe Rojas Saavedra.

Caridad y amor por los pobres

– En el nombre del Padre …..

– Oración: Oh Dios, que suscitaste en el corazón de Santa Luisa de Marillac el celo por la salvación de las almas y alentaste en ella el amor hacia tu hijo Jesucristo en la persona de los más pobres, enséñanos de ella, la virtud de la humildad, la sencillez y la caridad que la caracterizaron en su obra apostólica. Danos Señor te lo pedimos un corazón como el suyo capaz de ser fieles a la vocación y con el deseo ferviente de ser constructores de familias santas entregadas al apostolado de la Iglesia, para que se pueda construir en medio de los que sufren el Reino de los cielos con justicia y caridad. Amén.

– Palabras de Santa Luisa:

“Quien no ama, no conoce a Dios, porque Dios es Caridad. La causa del amor es la estima del bien en la cosa amada. Siendo Dios perfectísimo en la unidad de su esencia, es amor en la eternidad de esa esencia por el conocimiento de su propia perfección; y en ese amor participa el de las criaturas en cuanto a la naturaleza del amor; pero los efectos van unidos a la voluntad en la práctica de la caridad, tanto hacia Dios como hacia el prójimo, siendo esa práctica tan poderosa que nos comunica el conocimiento de Dios, no tal cual, sino penetrante en El mismo y sus grandezas de tal manera que quien más caridad tenga, tanto más participará en esa luz divina que le inflamará eternamente en el santo Amor. Quiero, pues, hacer cuanto pueda por mantenerme en el ejercicio del Amor santo y dulcificar mi corazón frente a todas las acritudes que le contrarían.”

– Fragmento de su biografía

Su familia
Mientras Luisa trabajaba en favor de las capas humildes de la sociedad, los nobles de su familia luchaban por escalar el poder y gobernar Francia. Se enfrentaron a Richelieu, fueron vencidos y un tío suyo, Luis de Marillac, fue decapitado en la Plaza Mayor de París, otro tío, Miguel, después de llegar a ser Jefe de Gobierno por un día, murió en la cárcel; otros parientes fueron desterrados. Aunque sintió el dolor y el sufrimiento no abandonó a los pobres y siguió trabajando por ellos, a pesar de que también su hijo, joven inteligente, buen estudiante y responsable, le hizo la cruz más pesada. Comenzaba a dudar si tenía vocación para el sacerdocio, y esto la hizo sufrir a ella que soñaba con tener un hijo, el único, sacerdote. Licenciado en Filosofia y en derecho, terminó la teología, pero no se quiso ordenar de Ordenes Mayores. De seglar buscó una colocación apropiada a sus estudios. Sin embargo estuvo en el «paro» casi siete años.

Descorazonado llevó una vida un tanto desordenada que para su madre fue un tormento. Por fin la luz entró en su casa, se enmendó, encontró colocación y se casó con dignidad. Tuvo una hija y murió a los 83 años.

– Reflexión personal.

– Gozos de Santa Luisa.

Oh Santa Luisa modelo de mujer creyente
Misionera y maestra de la caridad
Enséñanos a llevar a Cristo
Comunicando a otros el verdadero amor.

Enamorada fuiste, de Jesús sacramentado
Que tu ejemplo nos inspire
En estos 400 años para mostrar a otros
El cristo crucificado.

Esposa y madre que con gran ejemplo
Oraste y perseveraste para que
Tu hogar, terruño de amor, fuese
Un ejemplo del hogar de Nazaret santo.

Mística y maestra de oración,
Al Maestro con amor pintaste
Y al pernoctar en la lóbrega existencia
Entregaste a él tu mejor cuadro: tu vida santa.

Gran devota de la Madre del Cielo,
Su inmaculada concepción proclamaste,
Con gran fe y con amor, única Madre
De la compañía nombraste.

Formadora grande de las hijas de la caridad
Que con San Vicente la misericordia propagaste
Tu silencio y tu ciencia, crearon de Francia
Un ejemplo de caridad cristiana.

Ahora nosotros con amor y regocijo,
En el camino de todo vicentino,
A ti te cantamos a una sola voz,
Porque tu vida como ejemplo nos dejaste.

– Oración final:

Santa Luisa de Marillac, esposa fiel, madre modelo, formadora, misionera y maestra. Ayúdanos a alcanzar del Señor, las mismas virtudes que alentaron tu vida para entregar por completo la nuestra al servicio de Jesucristo en la personas de los más pobres, de los enfermos y de los desamparados. En tu protección confiamos la misión de toda la familia vicentina, los trabajadores sociales y la de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por la construcción del Reino de Dios, para que fieles al llamado de nuestro Señor Jesucristo sean agentes de la paz y la reconciliación. Amén.

Fuente: http://www.corazondepaul.com/

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