Como ya es bien conocido por toda la Familia Vicenciana, en la Asamblea General de la SSVP que tuvo lugar en Roma a comienzos de junio fue elegido nuevo Presidente General Internacional el señor, Renato Lima de Oliveira, el décimo sexto Presidente Genral que tiene la Sociedad desde su fundación.

Sus primeras palabras, en su discurso del 5 de junio, fueron de agradecimiento, «primero a Dios»:

Sin la bendición de Dios, no podremos hacer absolutamente nada. El Espíritu Santo nos guía y nos inspira a tomar las decisiones más correctas que deben ser realmente tomadas por el bien de nuestra Sociedad de San Vicente de Paúl. Es de Dios que provienen las fuerzas necesarias para mí y los nuevos dirigentes del Consejo General Internacional puedan trabajar adecuadamente con el fin de cumplir bien con el rol institucional del Consejo.

Y a la Virgen:

Gracias a María Santísima, a través de Nuestra Señora Aparecida (patrona de Brasil) y Nuestra Señora de Fátima (patrona de Portugal), por la fuerza que nos dio hasta llegar aquí.

En su discurso del 7 de junio continúa agradeciendo:

Quiero agradecer a mi familia que siempre me ha apoyado, en todos los momentos, especialmente los más difíciles. A mi esposa Andrea, compañera de caminata desde 1997, año de nuestro casamiento; mis hijos Gustavo y Bianca; mis padres, hermanos y parientes. Ustedes son los pilares de mi fe y de mi vida, y fueron ustedes quienes prepararon el cimiento de mi crecimiento como persona, profesional y cristiano.

También agradezco a los diversos dirigentes que actúan hoy en el Consejo General Internacional, de quienes pudo absorber, en estos 10 años de intensa y fraternal convivencia, muchas enseñanzas y lecciones de vida que nos permitirán continuar en la presidencia del Consejo con renovado vigor. Voy a mencionar algunas de estas personas:

—al consocio Michael Thio, por los ejemplos de espiritualidad y de plena confianza en el Espíritu Santo. Tú eres un ejemplo para mí.

—al consocio Amin de Tarrazi, por una gran generosidad y por la visión del futuro, especialmente como “visionario de los jóvenes”.

—A la querida hermana Maureen, asesora espiritual del Consejo General, por la delicadeza con que tan bien sirvió al CGI los últimos cuatro años.

—al consocio José Ramón Díaz-Torremocha, por haber sido la persona que me invitó a formar parte del Consejo General en 2001, y por la motivación y la confianza que siempre ha inspirado a todos los vicentinos del mundo.

—al querido amigo y maestro Huáscar Nabuco, de Brasil, que me enseñó mucho y todavía me enseña acerca de la gestión de la SSVP.

—al consocio Brian O’Reilly, por el pleno compromiso y por la impresionante dedicación a la causa vicentina.

—al consocio John Lee, de quien he aprendido mucho acerca de la organización y estructura de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Tú también eres un ejemplo para mí.

—a otros dirigentes del Consejo General, de cuya convivencia y complicidad en estos últimos 10 años han sido cruciales para forjar mi manera de actuar como vicentino.

—a mis queridos amigos Vicepresidentes Territoriales, compañeros leales de fina estampa, de quienes he aprendido mucho, observando la práctica de ustedes en el servicio misionero ante al Consejo General, en situaciones no siempre favorables para hacer frente a serias dificultades en algunos países.

—a los presidentes de los Consejos Superiores o Nacionales, por sus votos favorables, por supuesto, pero sobre todo por la labor que llevaremos a cabo, a partir de ahora, por el engrandecimiento de nuestra “asociación internacional de laicos cristianos”, especialmente en proyectos comunes y en la expansión de nuestra la Sociedad por los países en ella aún no ha llegado.

—al personal de la sede en París, por su dedicación y celo con el trabajo vicentino. Podemos hacerlo aún mejor, sobre todo en la prestación de servicios a los Consejos Nacionales.

—a los queridos amigos dirigentes en Sudamérica, mi casa, donde tuvimos la oportunidad de trabajar en armonía como equipo, promocionando avances importantes en la caminata vicentina.

—a los vicentinos de Brasil, que ahora podrán hablar en portugués directamente con el presidente general. Espero bien os representar. Cuenten conmigo, pero recen por mí también.

—a los vicentinos y vicentinas de Brasilia, mi ciudad, que me conocen desde hace 30 años e hincharon por mí, sin restricciones.

—a las ramas de la Familia Vicentina en todo el mundo, ya que juntos y unidos, hacemos la diferencia y somos mucho más fuertes cuando actuamos en la forma común, en colaboración efectiva, aun mas ahora en los 400 años de aniversario del carisma vicentino.

Para, a continuación, pasar a hablar del futuro y los retos que afronta la Sociedad de San Vicente de Paúl, y nuesta sociedad en general:

Vivimos hoy en día las nuevas crisis, como la migración, el crecimiento de la pobreza, las disparidades regionales, el envejecimiento y falta de renovación en las Conferencias, crisis familiar, aborto y críticas a los valores cristianos y a la Iglesia. Sin embargo, bendecidos por Dios, los nuevos dirigentes del Consejo General lograrán, seguramente, atravesar este nuevo período tan difícil y desafiante como los anteriores.

Nuestra principal preocupación es hacer frente, con éxito, a los muchos retos de los tiempos actuales. Para ello, vamos a hacer pequeños ajustes en la estructura del Consejo General para dotarlo de una mayor eficiencia, pero al mismo tiempo sin aumentar el presupuesto anual ni aumentar el número de miembros que hoy actúan en los diversos servicios de la estructura. La austeridad se mantendrá, porque el control de costes es fundamental en cualquier institución. Vamos a actuar con la creatividad e innovación para obtener recursos adicionales tan necesarios para estos nuevos retos.

Para terminar animando a toda la Sociedad a afrontar los retos que se presetan:

Los desafíos son enormes. El servicio a los pobres, apoyado en la fe, la esperanza y la caridad, que promociona el encuentro con el “Cristo encarnado” en la figura de los pobres, como pensaba Ozanam, ¡depende de nosotros! ¡Sigamos juntos en esta caminata de servicios e iniciativas que puedan dar más velocidad y eficiencia a nuestros Consejos y Conferencias!

Y pidiendo la intercesión de los santos vicencianos:

Que Nuestra Señora, San Vicente de Paúl, Santa Luisa de Marillac, Catalina Labouré, Rosalíe Rendú y Ozanam nos iluminen en el camino que hoy se inicia. Queden con Dios, y Dios nos bendiga.

Lee los textos completos de los dos primeros discrusos en ssvpglobal.org