La Familia Vicenciana hace mucho, y bien, por todas partes del mundo. Casi siempre nuestras obras pasan inadvertidas para el resto de la Familia, o para la Iglesia y la Sociedad. No obstante, es bueno conocerlas, inspirarnos con lo que otros están haciendo, para compartir el servicio y ser más «creativos en la acción».
He aquí una de las obras que la Familia Vicenciana está haciendo en Perú: El comedor de la parroquia Santa Catalina Labouré. Y en estas imágenes vemos a los jóvenes de la Conferencia San Juan Pablo II de la Sociedad de San Vicente de Paúl, trabajando por construir un mundo más justo, y hermanándose con nuestros dueños y señores, los empobrecidos.
0 comentarios