Novena en Honor a la Virgen Milagrosa 2024: camino de esperanza (día 4)

por | Nov 21, 2024 | Asociación de la Medalla Milagrosa, Formación, Reflexiones | 0 Comentarios

Oración:

Padre misericordioso, que en tu inmenso amor nos has dado el signo maravilloso de la maternidad divina de María, por quien nos llegó Cristo, nuestro Salvador. Te pedimos que, de la mano de Ella, podamos caminar por este mundo sembrando semillas de justicia y paz, construyendo juntos espacios donde se haga visible tu Reino en medio de nuestros hermanos y hermanas que más sufren.

Padre amoroso, llenos de una esperanza renovada que María nos inspira, nos presentamos ante ti con el corazón sediento y necesitado de tu Palabra. Al meditarla cada día en esta novena, concédenos la gracia de abrirnos al don de la conversión, para que, siendo verdaderos discípulos y misioneros de Cristo, podamos anunciar con gozo la Medalla Milagrosa como un signo profético de tu amor y misericordia para nuestro tiempo.

Padrenuestro.

Gloria.

Oración a la Virgen María:

Madre, Camino de Esperanza, tú que fuiste iluminada por la fe y creíste en la Palabra de Dios, acompáñanos en esta novena que dirigimos en tu honor, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que, reunidos en torno a tu Hijo, podamos recuperar la frescura del Evangelio y anunciar con gozo la esperanza a un mundo dividido por las discordias.

Tus rayos nos infunden la certeza de que nuestra historia está confiada a la infinita misericordia de Dios, quien nos ama y nos ilumina en las noches más oscuras y dolorosas de nuestra vida. Hoy, más que nunca, elevamos nuestro clamor al cielo, implorando un nuevo renacer. Ayúdanos a sembrar en nuestros corazones la Palabra del Señor y a proclamarlo vivo y resucitado entre nuestros hermanos. Amén.

Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Dios te salve María…

Gozos:

Respuesta: puede ser el estribillo de una canción o la jaculatoria (Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a ti).

Madre Milagrosa, de ternura y compasión
que haciendo historia de salvación
vas caminando siempre con tu pueblo
que a ti clama en la aflicción.

En mil ochocientos treinta,
en Francia, Calle del Bac,
auna pobre novicia,
la virgen santa se apareció.
Eran vísperas de San Vicente,
noche silenciosa de julio,
cuando la Madre dejó su trono
y en una pequeña capilla se presentó.

Siendo la media noche
un Ángel se apareció
para darle un anuncio
de parte de la Madre de Dios.
Las luces se iban prendiendo,
las puertas se iban abriendo
y al llegar a la capilla la hermana ansiosa la esperó.

La voz del cielo anunciaba
que la madre llegó.
La sede sacerdotal
con humildad ella ocupó.
La hermana Catalina
sus manos colocó
en las piernas de la Madre
y misión ella le encomendó.

En una mañana de noviembre
los sentidos no lo percibieron
pero un corazón atento
nuevamente a la Madre observó;
las insignias de la medalla
que Catalina vio, se han convertido
en fuente de milagro y amor.

“Haz acuñar una medalla”,
la Virgen le pidió
para ser portada por los fieles
con gran devoción.
Madre Santa, tu gran Medalla
es emblema de tu amor,
hoy nosotros la portamos
en señal de filiación.

Sea por Jesús, sea por María,
sea por el ejemplo de los santos que nos guían.
Y que por la Medalla Milagrosa
alcancemos la gracia de convertir
nuestros dolores en alegrías.

CUARTO DÍA

Esperanza para las migrantes

Signo: Una barca, ubicada en medio de una representación de un mar o un río, con rostros de personas de todas las razas en su interior. Se puede incluir un mensaje en la barca que diga: “Todos somos migrantes”.

Comentario inicial: María nos recuerda que ella y su familia fueron migrantes, y tuvieron que enfrentar el rechazo y la marginación. La Medalla es un signo de esperanza para los hombres y mujeres que se ven obligados a abandonar sus tierras por diversos factores y que deben enfrentar la xenofobia y el rechazo. Nos invita a ser una sociedad de puertas abiertas, capaz de acoger con amor a los que vienen de fuera.

Canto: Venimos ante tu altar

Lectura del Texto Bíblico: Mateo 2, 13-15. 19-23

Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»

El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: – De Egipto llamé a mi hijo. – Muerto Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado Nazareno. Palabra del Señor.

Reflexión:

Santa Catalina Labouré tuvo varias visiones antes de la primera aparición del 18 de julio, vísperas de la fiesta de San Vicente de Paúl (según el Vetus Ordo). Entre ellas, tuvo una visión del Corazón de San Vicente, que al verlo de color rojo le indicaba la caridad ardiente y ferviente que debían tener los herederos del carisma vicentino. Estas implicaciones nos llevan a pensar que María preparó a Santa Catalina en la caridad y la acogida antes de confiarle la misión de expandir la Medalla Milagrosa por el mundo.

La Medalla es peregrina; ella misma es forastera que llega a las manos de aquellos que se sienten atraídos por la belleza del Evangelio que representa. Es símbolo del camino de tantos migrantes que se sienten lejos de casa, pero que pueden abrazar a María como la madre que trasciende toda frontera. Ella nos recuerda que Cristo es el puente que une a todos los hijos dispersos por el mundo. Con su cruz, Él destruyó los muros divisorios entre los pueblos, para hacer de todas las naciones un pueblo sacerdotal (cfr. Efesios 2,14-16).

María tuvo que afrontar, junto a José y el niño Jesús, los infortunios de la persecución y, según el evangelista Mateo, llegar como migrantes al país de Egipto (cfr. Mateo 2,13-15). Allí, la Sagrada Familia de Nazaret vivió el sufrimiento de quienes deben dejar su hogar y abrirse a nuevas posibilidades en tierras extrañas. Que este ejemplo despierte en nosotros sentimientos de apertura y acogida hacia los migrantes y forasteros.

Preguntas:

  1. ¿De qué manera encontramos el consuelo para los peregrinos en la Medalla Milagrosa?
  2. ¿Qué sentimientos suscita en nosotros el Evangelio cuando nos habla de ser hospitalarios con los forasteros?

Oración final:

Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa, que te manifestaste a Santa Catalina Labouré como mediadora de todas las gracias, atiende a mi plegaria.

En tus manos maternales dejo todos mis intereses espirituales y temporales, y te confío en particular la gracia que me atrevo a implorar de tu bondad, para que la encomiendes a tu divino Hijo y le ruegues concedérmela, si es conforme a su voluntad y ha de ser para bien de mi alma.

Eleva tus manos al Señor y vuélvelas luego hacia mí, Virgen poderosa; envuélveme en los rayos de tu gracia, para que a la luz y al calor de esos rayos me vaya desapegando de las cosas terrenas y pueda marchar con gozo en tu seguimiento, hasta el día en que bondadosa me acojas a las puertas del cielo. Amén.

Descarga la Novena completa pulsando sobre la siguiente imagen:

(Incluye materiales adicionales)

Fuente: https://www.corazondepaul.org/

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