“Se presentó con un frasco lleno de perfume”
1Cor 15, 1-11; Sal 117, 1b-2.16ab-17.28; Lc 7, 36-50.
Jesus recibe una invitacion para ir a comer en casa de Simon. Durante el banquete aparece una mujer portando un frasco de alabastro con perfume y unge a Jesús.
El pasaje deja entrever la necesidad de la conversion. Ahora bien, ¿en que consiste la conversion? Es necesario entender que la propuesta de Jesús dista mucho de la del Bautista. Juan pide reformar la vida cuando haya necesidad, dejar los pecados y cumplir los mandamientos.
La conversión propuesta por Jesus es radicalmente diferente. Contrasta porque, antes que nada, es un regalo de Dios. Se coloca en sintonia con el enfasis profetico que resalta el regreso de los hombres a su Señor restableciéndose la alianza amorosa con su Senõr. En la conversión se reconoce que Jesús es el Mesias que, con pleno derecho, viene a redimirnos y a tomarnos como propiedad suya. Por eso, dejar los pecados es insuficiente porque lo fundamental es la alianza realizada entre los hombres y su Señor. En la conversión se deja lo que se tiene para emprender una nueva vida al lado del que se convierte en duenõde nuestra vida. ¿Nos sentimos unidos a El? ¿Sentimos que Jesús es el dueño de nuestra vida?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Antonio G. Escobedo C.M.
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