“Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón…”
2 Tim 2, 8-15; Sal 24; Mc 12, 28-34.
San Pablo nos recuerda hoy la adhesión a Dios: “Tanto en vida como en muerte somos del Señor”. El sentido de pertenencia a Dios nos conduce al estilo de vida que Dios espera de nosotros. Su mandamiento es el amor, pero un amor en tres dimensiones: 1) Un amor a Él en sentido de plenitud. 2) El amor a los hermanos. Para cada cristiano católico amar a los hermanos es una tarea de cada día. 3) Y finalmente el amor a uno mismo expresado en el cuidado personal.
Hay personas capaces de amar al prójimo, pero no saben tener amor a su propia persona. Otros viven en el narcicismo, mirándose solo a ellos mismos sin ver que hay más personas que necesitan de ellos. Hay otro tipo de personas, los que tienen tiempo para sí mismos y para sus semejantes, pero a Dios no lo toman en cuenta. Es necesario atender las tres dimensiones.
Pidamos a Dios que podamos amar a todas las personas y que sepamos cuidar la propia vida, y que su gracia nos ayude en esta vida a cumplir con el mandamiento del amor. Que la otra vida sea para contemplar su gloria y majestad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: José Alfredo Delgadillo Padilla C.M.
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