Como dije en mi escrito No.1, no es la primera vez, que hablo de la Doctrina Social de la iglesia católica, pero en este caso creo que he abierto la caja de pandora, rara vez he recibido tantos mensajes de agradecimiento por tocar estos temas que agradan a los cristianos, claro, no han sido solamente elogios porque los que practican de escribir sobre ideas socialistoides y comunistoides se rompen sus vestuarios ante estas manifestaciones en la que nuestra iglesia trabaja desde hace miles de años.
Hablemos hoy de lo que dice la Doctrina Social de la iglesia sobre “el principio de los derechos humanos “. Los derechos humanos, suponen la expresión social de la dignidad humana, desde su concepción hasta su muerte natural. Puesto que “la eficacia operativa de la dignidad de la persona humana y su dimensión social aparece claramente determinada en los derechos fundamentales del hombre” RedentorisHominies 17. La Doctrina Social de la Iglesia, considera que la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es uno de los esfuerzos mas relevantes para responder eficazmente a las exigencias imprescindibles de la dignidad de la persona humana.
La Doctrina Social de la iglesia tiene su fundamento en la dignidad de la persona humana, haciendo opción preferente por el pobre (SRS 42). La misión de Jesús y el ejemplo de su vida han dejado claro su compromiso con la dignidad y los derechos de la persona humana, las necesidades de los mas débiles, los más necesitados, y sobre todo las víctimas de la injusticia.
En toda convivencia humana bien ordenada hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre y mujer es persona, esto es naturaleza dotada de inteligencia, de libre albedrio y que, por tanto, tiene por si mismo derechos y deberes que dimanan directamente de su propia naturaleza, Estos derechos y deberes son, por tanto, universales e inviolables, y no pueden renunciarse por ningún concepto. Esto puede leerse en la encíclica (Pacen in Terris) Juan XXIII.
La Doctrina Social de la Iglesia también habla de los Derechos y valores de la sociedad humana tanto individual como colectiva. Reconoce, además, que la declaración de los derechos humanos se origina en un principio básico de origen cristiano, el cual se refiere a que todos los hombres y mujeres han sido creados iguales con los mismos dones, derechos y responsabilidades, de ahí se destaca el principio del bien común que es un conjunto de condiciones de la vida social que hacen posibles a las personas, asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro pleno de la propia perfección y desarrollo integral. Por lo tanto, ha de ser el objetivo ultimo que debe orientar toda acción social y política, requiere la capacidad y la búsqueda constante del bien de los demás como si fuese el propio bien. Es un deber de todos los miembros de la comunidad humana nacional e internacional, según las capacidades de cada uno, reconociendo que la responsabilidad máxima compete al Estado, pues es la razón de ser de la comunidad política.
Uno de los puntos neurálgicos de todos los cristianos y los que no lo son quién se aprovechan de sus ideas y llevan a los pueblos por el camino de trabajar para el Estado, es el [principio del destino universal de los bienes: La Doctrina Social de la Iglesia afirma que Dios ha creado y ha entregado la tierra a todos los hombres, a todo el genero humano para que por medio de ella se sustenten todos los habitantes de la tierra, sin excluir a nadie, ni privilegiar a ninguno. Por tanto, todo hombre debe tener lo necesario para su vida digna y para su pleno desarrollo. Y nadie puede prescindir de los bienes que responden a sus necesidades primarias, pues estos son absolutamente básicos para alimentarse, crecer, comunicarse y desarrollarse integralmente como persona. Este es un derecho inherente a las personas que se desprende de su dignidad intrínseca y exige de la comunidad social y política el esfuerzo en garantizar el acceso de todo ser humano a esos bienes.
No quiero excederme en estas referencias, para que todos captemos y podamos difundir estas afirmaciones de nuestra Doctrina, recuerden que todos los cristianos debemos luchar porque estos principios sean llevados a todos los hombres y mujeres del mundo, no permitamos que aplasten a nuestros hermanos que por desconocimiento, le hagan el juego, a estos monstruos de la falsa democracia. Reúnanse y estudien, apoyados por aquello: “Cada vez que dos o tres se reúnan en mi nombre, Yo estaré en el medio de ellos” para que puedan luchar contras la ideas que cada día, más se fortalecen y que debemos cortar de raíz.
Hasta la próxima.
Víctor Martell
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