Este articulo me lo dio a conocer una mujer de experiencia, con tres hijos, que vamos a llamar Nancy, cubana que ha vivido en este país desde hace sesenta y cuatro años y que lo he traído acá, porque, me parece que puede servir a otras madres solteras que tuvieron, de enfrentarse a la vida en un suelo extraño, sin embargo nunca se rebajaron a prostituirse, o aceptar la compañía de un hombre para que pudiera ayudarla con los gastos, algo que todos sabemos, al final nunca llega a obtener felicidad. Yo comprendo y nunca seré capaz de menospreciar a quien lo ha tenido que hacer, por ser poco creativas y sobretodo, como madres, enfrentar la vida sin menoscabar su personalidad y hacer de sus esfuerzos UN CREDO, al que muchas, con lagrimas en sus ojos y otras dejando ellas de comer, para llevarles un bocado a sus hijos. Esto lo han mantenido y cada día que pasaba, la hacía más fuerte.
Ella, me comentó que nunca eligió ser una persona común. Que era su derecho ser diferente. Que buscaba la oportunidad, no la seguridad. Nunca quiso depender del Estado, humilde y opacado mientras la mantenían. Siempre quiso tomar riesgos calculados; soñaré y construiré, fracasar y triunfar, por lo que se negó a cambiar incentivos por una limosna.
Toda su vida prefirió los retos de la vida a una existencia garantizada; la intensa sensación de satisfacción a la calma perfecta. Nunca cambio su libertad por beneficios, ni su dignidad por regalías. Mantuvo el no acobardarse, ante ningún amo, ni se doblego ante una amenaza.
Su herencia fue la de mantenerse erguida, orgullosa y sobretodo sin miedo; por esto siempre pensó y actuó como era ella, disfrutando del beneficio de sus creaciones y se enfrento al mundo, atrevidamente exponiéndole su lema ”!ESTO LO HE HECHO YO PARA DISFRUTARLO JUNTO A MIS HIJOS!”
Ella, me hizo énfasis que no fue fácil, tenía que estudiar para superarse y lo hacía de noche, con poca luz para no molestar el sueño de sus hijos y poderlos llevar el otro día a la Escuela, porque ellos tenia que superarse también. Hoy en día es feliz, al verlos convertidos en hombres de bien y profesionales. Eso sí, quizás lo más importante, nunca dejo, cuando más, lo necesitaba levantar sus ojos al cielo y pedirle a Dios que no la abandonara y el nunca dejo de ayudarla aun en sus momentos más difíciles. Oren, porque la oración mueve montañas.
Víctor Martell
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