El otro día en el edificio que yo vivo, compartí con un vecino el elevador y pude ver que llevaba muchos pequeños juguetes que estaban casi nuevos, entonces le comenté: “Vecino, porque se ha cargado con los juguetes del niño, usted sabe que usted ni yo podemos hacer estas gracias porque puede hacernos daño”.
“Yo sé pero: mi hija me llamo que bajara esos juguetes y los echara en el zafacón y por esto los estoy cargando para botarlos”
“Mire señor yo lo conozco de saludos acá en estos asientos y si usted me lo permite antes que los bote, déjeme decirle: Que hay cientos de niños que usted les hiciera un gran favor, compartiendo su alegría al dárselos”
“Entiendo pero: ¿Y donde están esos niños?”
“Dígame algo: ¿Usted ha oído hablar de la Conferencia de San Vicente de Paul que está aquí muy cerca?”
“No, nunca”
“Bien yo estoy en esta Sociedad como voluntario gratis por más de 40 años porque los que ayudamos en nuestra Sociedad a los pobres, ninguno de nosotros cobra sueldo y todas las donaciones van directamente al pobre con comida, pago de las utilidades y juguetes de su bolsillo al pobre. Por ejemplo nosotros damos comida a los pobres de esta zona todos los lunes alternos de 1 a 5p.m en 1779 NW 28 calle, nosotros no pedimos afiliación ninguna los que tienen hambre nosotros compartimos, lo que nos mandan, con mucho respeto a los necesitados, ellos hoy mañana y siempre nuestros amos”
“Oiga pero eso es maravilloso, nunca había oído frases tan llenas de orgullo de su parte y promulgando a todos, la obligación de servir a nuestros hermanos en desgracia.”
“Muy bien, ahora que han chequeado la dirección y verán que no es muy lejos, llénense del orgullo de servir a nuestros amos, visítenos y trabajen con nosotros porque en este momento en verdad necesitamos voluntarios en nuestra Conferencia”.
Después de hablar con todos y entregarles nuestra dirección, a pesar que yo sé de los embullos al principio, se decaen más tarde y hasta allí la ayuda. Tenemos la obligación de buscar miembros activos listos para la lucha por los pobres. ¿Cómo? Convocando a reuniones con los otros miembros de la parroquia y los vecinos de nuestra iglesia con la bendición del Párroco de su iglesia, convocando a que se nos unan más voluntarios.
Debemos utilizar la radio y la televisión buscando que nos entrevisten para hablar de nuestra iglesia y nuestra Sociedad y de todo lo que hacemos por el pobre.
Unamonos todos en esta campaña de reclutar corazones que amen a Dios, preferiblemente en orar mucho y en gritar que sean felices, sobretodo a los políticos y a todos los que se opongan.
Víctor Martell
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