Sobre la fe, el amor y la caridad
Para creer en la eternidad, hay que amar el bien en uno mismo, la justicia en uno mismo; hay que comenzar por el amor gratuito, que es una virtud… La fe es un acto libre del alma, causado por el amor a la verdad y al bien… Es la virtud la que actúa primero, la que abre el corazón y se convierte en fe; la fe reacciona a su vez, transformando en caridad el amor inicial que la produjo, y así se forma en el hombre una acción y una reacción maravillosas, en el que la virtud brilla en primer y último lugar… Sí, la fe salva al mundo.
Jean-Baptiste-Henri-Dominique Lacordaire (1802-1861) fue un reconocido predicador y restaurador de la Orden de Predicadores (dominicos) en Francia. Fue un gran amigo de Federico Ozanam (de hecho, es el autor de una muy interesante biografía sobre Ozanam) y muy afecto a la Sociedad de San Vicente de Paúl.
Imagen: El padre Jean-Baptiste Henri Lacordaire, pintado por Louis Janmot (1814-1892), amigo de Federico Ozanam y uno de los primeros miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
Fuente: Henri-Dominique Lacordaire, Conférences de Notre-Dame de Paris, tomo 1, París: Sagnier et Bray, 1853.
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