‘El que quiera seguirme, cargue su cruz de cada día’

2 Cor 4, 7-15; Sal 123; Lc 9, 23-26.

Felipe de Jesús es el primer santo canonizado mexicano. Nació en la Cd. de México en 1572 y murió mártir en Nagasaki, Japón, en 1597. Había profesado en la Orden Franciscana en Manila y viajaba a México para recibir la ordenación sacerdotal cuando su barco naufragó en costas de Japón. Permaneció unos meses como misionero en aquel país hasta que, desatada una persecución, fue aprehendido junto con un gran grupo de misioneros y laicos cristianos y después de largas torturas, es llamado a dar su vida como Cristo: crucificado y traspasado por lanzas. Murió pronunciando el nombre de Jesús.

El texto del evangelio que escuchamos hoy fue elegido a propósito de la celebración de San Felipe, en cuya vida y muerte vemos cumplidas las palabras de Jesús: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz… El que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde él?”

Lo que se nos pide a los discípulos es reproducir con la mayor fidelidad la vida del Maestro. Felipe de Jesús lo hizo llegando, incluso, a reproducir con muchos detalles la muerte de Jesús. “Para morir como Jesucristo hay que vivir como Jesucristo” (SVP).

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero C.M.