Hace unos cuantos días pude leer un llamado del Padre Tomáz Mavric, Superior de la Misión en estar preparados para recibir el 400 aniversario de la fundación de la Misión el próximo año y que teníamos la obligación de que esa preparación este cuajada de espiritualidad y todos los carismas vicentinos, estoy de acuerdo y sabemos que tenemos enfrente una gran labor que debemos cumplir.
No se va a una fiesta sin un vestido adecuado y todos nosotros los que pertenecemos a alguna de las ramas vicentinas tenemos que vestirnos con una gran pureza espiritual y también llenarnos de los carismas vicentinos que hemos ido aprendiendo en el transcurso, de nuestras labores en cualquiera de sus distintas ramas vicentinas.
Es verdad que comprendemos lo grande que fue en vida y hasta después de irse a reunir con Jesús: Nuestro Patrón San Vicente de Paul. Que iluminación tan profusa que pudo adivinar que después de 400 años, no solo se le recuerde con gran veneración, sino también, llevarle el consuelo a los pobres, nuestros amos en todas las ramas vicentinas y a los cuales les dedicamos todo nuestro tiempo, para ayudarlos en sus necesidades.
Aunque he conocido muchas ramas Vicentinas, desde hace 40 años he estado relacionado con la Sociedad de San Vicente de Paul, la cual se hace presente en casi todos los países del mundo y a través de las miles de conferencias ayudando a los necesitados localmente. Es aquí donde aprendí el valor que tiene un pobre para Cristo, porque EL mismo siempre fue pobre, desde su nacimiento y en toda su vida. Qué gran enseñanza el hijo de Dios, el Rey de Reyes, viviendo una gran pobreza, lean en la Biblia cuando en un momento dijo que no tenia, ni donde recostar su cabeza.
Perdonen mi inmodestia; pero yo tengo algunas sugestiones de lo que debemos hacer para prepararnos para esta gran fiesta:
La espiritualidad es lo primero, debemos confesar nuestras faltas, pedir perdón a todos los que de una u otra manera ofendemos, quizás sin darnos cuenta, con nuestra inmodestia, creer que somos los mejores, mentiras, falta de respeto, groserías, y ganar posisiones que no nos merecemos.
Lo segundo es que busquemos crear nuevas conferencias y hermanos que estén dispuestos a dar un poco de su tiempo ayudando a los que nada tienen. Buscar entre nuestras amistades en la iglesia y en cualquier lugar que visitemos, mientras mas hermanos mas ayuda recibirán nuestros amos los pobres.
Buscar ayudas económicas para poder servir a tantos necesitados que cada día encontramos y que muchas veces no podemos ayudar por falta de dinero, hablemos con nuestros amigos, enviemos cartas. Hagamos ventas de garaje, lavados de carro etc. Todo lo que sea buscar fondos para nuestros mas necesitados.
Hemos estado 400 años al servicio de la iglesia, mediante nuestra espiritualidad y carisma vicentinos y hacemos nuestra suplica a Dios que nos permita estar otros 400, siguientes ayudando a sus hijos que carecen de todo y que quizás solamente con unas palabras nuestras de aliento y ayuda puedan superar estos momentos de desesperación. Este es la mejor ofrenda que podemos hacer hoy para llegar al año que viene, con nuestras metas cumplidas. Amén.
Víctor Martell
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