Cuando llegan a mis manos informes como este, perdonen pero no puedo quedarme callado, porque sería traicionar mis sentimientos, este en particular lo informo Garry Conille, director de la UNICEF para América Latina y el Caribe: ‘’Cada vez hay más niños en movimiento, de edades cada vez más tempranas, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia. En este comunicado de prensa también informo “Cuando cruzan varios países y, a veces, toda la región, las enfermedades y las lesiones, la separación familiar y los abusos pueden plagar sus viajes e, incluso si logran llegar a su destino, su futuro a menudo sigue en riesgo”.
Nosotros tenemos la obligación como hombres, como cristianos, como padres de parar esta ignominia que vemos continuamente y que no estamos haciendo nada, para detenerla. Cuéntame como haces para enviar a tu hijo a la muerte a la violación y sobretodo destruirle su derecho a ser niños y ¿Para qué? Para que coman, para que estudien, para que vivan mejor. ¡¡¡Mentira ! ! !. Es para salvar tu responsabilidad de luchar por ellos y quitarte de tu vida el mantenerlos y cuidarlos porque tu y solo ustedes fueron los responsables que estén en este mundo, ustedes los fabricaron y ahora quieren deshacerse de ellos mandándolos al peor sufrimiento, el que recordaran toda su vida y que terminaran con los sentimientos nobles y preciados de un inocente.
Es escalofriante saber que los niños representan aproximadamente una cuarta parte de todas las personas en movimiento en América Latina y el Caribe, cifra superior al porcentaje total de niños migrantes a nivel mundial, que es el 13% dijo UNICEF. Y la gran mayoría de niños que transitan por la región son muy pequeños: tanto como el 91% eran menores de 11 años en ciertos puntos de transito clave examinados por la agencia.
Más de 330,000 personas han cruzado el Tapón del Darién, un peligroso tramo de selva entre Colombia y Panamá; fuera de Venezuela, país que enfrenta una crisis humanitaria que ha obligado a más de 7 millones de personas a irse desde el 2014; y el norte de Centroamérica y México, en dirección norte hasta la frontera de Estados Unidos. Afirmo la vocera del alto comisionado de las Naciones Unidas Marta Hurtado que alrededor del 20% de los que cruzaron eran niños, es de mencionar que el gobierno Panameño está en crisis por la cantidad enorme de migrantes que fluyen a través de la traicionera jungla, estos viajes atraviesan montañas, colinas y ríos puede durar hasta 10 días, bajo tormentas tropicales durante la temporada de lluvias, y, lógicamente existe la presencia de redes de tráfico de personas y delincuentes que representan una amenaza para estos niños migrantes, asi como una gran cantidad de jaguares y serpientes.
Hemos recibido noticias que muchas madres pierden sus bebes en esta ruta, que muchos niños llegan solos, porque en el viaje murieron sus padres y llegan de la mano de delincuentes que van a prostituirlos para su beneficio.
Muchas son las razones que se alegan para justificar estos sacrificios inocentes, que todos conocemos, por lo que no voy a especificarlos acá, solamente les digo mi opinión particular, es que prefiero como padre que estén a mi lado bajo mi protección, tratando de redimir en algo sus necesidades, y no enviarlo a la muerte segura, ó que los usen para siempre, como esclavos de vicios y prostitución.
En total más de 60,000 niños cruzaron la peligrosa ruta hasta Agosto de este año, que lo convierte en el año de mas cruces de niños, esto quiere decir que en vez de ver, una rebaja de estos flujos, comprendemos que al contrario está en alza, esta alocada decisión.
Se requiere con urgencia una respuesta humanitaria más fuerte, así como la ampliación de vías migratorias seguras, creación de sistemas de reunificación familiar y protección de derechos de asilo, persecución de los delincuentes que trafican con humanos y que nuestros pueblos elijan gobernantes con vergüenza y que amen a sus prójimos evitando este gran flagelo a la humanidad. Levantemos nuestros corazones y nuestra voz denunciando a todos los culpables.
Víctor Martell
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