“Verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”
Dn 7, 9-10; Sal 137; Jn 1, 47-51.
El día de hoy celebramos la fiesta de los santos arcángeles, Miguel (¿Quién como Dios?), Gabriel (Fortaleza de Dios) y Rafael (Medicina de Dios), mensajeros y colaboradores del plan de Salvación.
Escuchamos en el libro del profeta Daniel el título mesiánico de “Hijo de Hombre”, tan usado por Jesucristo para referirse a sí mismo y que nos remite a Aquel que ha venido de Dios Padre, que nos ha comunicado todo lo que recibió de Abba Dios, para llevarnos de regreso a una vida de plenitud en Dios. Este mismo mensaje es reforzado en el Evangelio de Juan, cuando Jesús hace el llamado vocacional al apóstol Natanael, prometiéndole que podrá ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre. Vale la pena recapacitar que tanto la palabra “apóstol” como “ángel”, significan “enviado” y “mensajero”, por lo cual, al invitarnos a seguirle, como lo hace con el apóstol Natanael, nos está enviando a ser mensajeros que puedan afirmar con toda valentía: ¿Quién como Dios, que es fortaleza y medicina para todo aquel que lo acoge y en Él confía?
Señor, que estemos dispuestos a ser mensajeros de tu presencia para todo el que te necesite. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez B., C.M.
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