“¿Temor servir? o ¿alerta esperanzado?”
1 Tes 3, 7-13; Sal 89; Mt 24, 42-51.
La venida última de Cristo que se anuncia en las parábolas de la vigilancia, tiene su certeza y su incertidumbre. Es segura su venida, pero es incierto el momento. La ignorancia del cuando fundamenta la vigilancia. En tiempos pasados, un enfoque excesivamente moralizante e individualista de la escatología, centró toda la atención sobre la muerte y el juicio particular del cristiano, algo que obviamente está incluido en ella. Pero acentuar el temor y la angustia no es la finalidad ni lo constitutivo de la vigilancia cristiana; porque esperar el día de nuestro señor no ha de ser motivo de temor para servir para nosotros, seguidores de Cristo, sino aleta esperanzado deseo anhelante y alegría del encuentro.
La fe y la esperanza cristiana no nos permiten tampoco difuminar el aspecto social y constructivo del último día. En el día del señor culmina el curso de la historia humana, que es absorbida en la gloria esplendorosa de la manifestación final del reino, puesto por el padre en manos de Cristo. Entonces será realidad “El cielo y la tierra nueva que esperamos en que habite la justicia”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Eugenio Lozano Cervantes, laico de la Familia Vicentina de Guadalajara.
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