Empecemos el año con una bonita historia de superación y amor. La Sociedad de San Vicente de Paúl de Brasil les presenta al joven adolescente Thairone Wesley da Cunha Carvalho, de 15 años, que en tres años ha visto cómo su vida cobraba un nuevo sentido y una nueva pasión: el baloncesto. Una historia inspiradora para inaugurar 2023 con fe y esperanza en el futuro. Hijo de una familia ayudada por la Conferencia São Paulo Apóstolo, de Volta Redonda, en Río de Janeiro, Thairone conoció el deporte a los 12 años y ya ha sido convocado para participar en entrenamientos con la selección brasileña de su categoría. Aún no ha sido reclutado… ¡pero sigue leyendo!
La familia de Thairone tiene una fuerte conexión con los vicentinos, que comienza con su abuela Sandra. «Era muy amiga de los vicentinos y, cuando falleció en 2018, empezaron a ayudar y asistir a mi familia, ya que mi abuela era la que nos sacaba adelante. Vivíamos en la casa del fondo de su casa, yo, mi madre Elizângela y mis hermanos pequeños João Gabriel y Sophia Helena. Los vicentinos nos siguen ayudando hoy en día y este apoyo es muy importante para nosotros», afirma.
Thairone fue iniciado en el baloncesto por un respetable «tío» a la edad de 12 años. «El tío Paulo me introdujo en el baloncesto. Es amigo de la familia. Fue jugador en su juventud y sus hijos también juegan. Gracias a él, me uní al Staff Club, donde juego hasta hoy. Además del club, podía contar con su orientación para mejorar y potenciar mi juego», recuerda.
¿Y funcionaron los consejos? Thairone ya ha participado en varios campeonatos, en las categorías sub-15 y sub-18, habiendo incluso ganado el Campeonato Serrano sub-18 en 2022. El mayor reconocimiento no llegó en forma de trofeo. Llegó con una llamada para entrenarse durante una semana con la selección brasileña. «Estaba en casa una tarde y me llamó mi entrenador, diciéndome que el seleccionador nacional me había invitado a entrenar con ellos durante cinco días. Hubo varias fases para ver quién era convocado al final y yo conseguí participar en el certamen». Y quien piense que le molestó que no le convocaran al final, se equivoca. El sueño ahora es ir a un equipo de Sao Paulo y progresar en el baloncesto.
Pero los que piensan que el talento es lo único que marca la trayectoria de este adolescente se equivocan. Thairone se entrega a fondo para ir a cada competición. «Hay gastos de viaje y solemos hacer rifas para pagarlos», explica.
Thairone está muy agradecido a los vicentinos: «Siempre me han ayudado mucho. Con poco, con una cesta de alimento, ya se marcaba la diferencia. Estoy muy agradecido por todo lo que hicieron por mí y por mi familia. Siempre han ayudado con los gastos de viajes cuando yo no podía vender boletos para la rifa. Así que estoy muy agradecido y contento por todo lo que han hecho y siguen haciendo por nosotros», concluye. Para la presidenta de la Conferencia, Elizabete de Fátima Borges Barcelos, mucho más que una promesa para el deporte, Thairone es un instrumento para la promoción de la familia. «Están más contentos y esperanzados desde que empezó a jugar».
Fuente: https://ssvpbrasil.org.br/
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