“Entonces… vio y creyó”
1 Jn 1, 1-4; Sal 96; Jn 20, 2-9.
Hoy, dentro de la octava de Navidad, la iglesia celebra a San Juan evangelista y apóstol, el discípulo amado, el apóstol del amor. Y precisamente el evangelio nos lo presenta recibiendo una noticia sin precedentes en la historia de la iglesia: La tumba de Jesús está vacía.
Cuando Juan constata el suceso (después de Simón), dice el Evangelio que “vio y creyó”. ¿Qué es lo que creyó? ¿Qué es lo que crees tú? ¿Qué es lo que cree la Iglesia?
Si hacemos una dinámica de preguntar a varias personas sobre sus creencias, nos daremos cuenta que en cuestión de religión hay tantas opiniones como cabezas. Sin embargo, esto no es así. Somos una iglesia que desde los inicios tenemos un “Credo”, es decir, tenemos una profesión de fe; y cuando se pregunte a un cristiano sobre lo que cree, la respuesta debe ser por todos conocida y recitada (sobre todo vivida).
La iglesia nos enseña un Credo que contiene todo aquello en lo cual creemos. Inicialmente tuvimos el “Credo de los Apóstoles”, que aún se recita durante Cuaresma. Actualmente nuestra fe se expresa generalmente a través del “Credo Niceno-Constantinopolitano”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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