“Libro de los orígenes de Jesucristo”
Gen 49, 2. 8-10; Sal 71; Mt 1, 1-17.
Nos encontramos hoy con la genealogía de Jesús. Podría parecer cansado y aburrido leerla, pero no es así. Si vemos persona por persona, iremos encontrando una gama de historias, apasionantes unas, no tan recomendables otras. Sin embargo, ahí están como parte de la historia humana de ese Dios que se encarna y se hace uno de nosotros, igual en todo, menos en el pecado (Heb 4, 15). Y para llegar a esto, considerar que necesitó de un seno virginal para asumir su naturaleza humana a través del Misterio de la Encarnación.
También cada uno de nosotros tenemos una historia compuesta por nuestra familia en donde, igual que Jesús, habrá historias que nos guste contar de aquel tío, del abuelito, algún familiar relevante y habrá también historias de las que no quisiéramos hablar, pero que finalmente son parte de nuestra historia.
¿Qué tenemos que entender de todo esto? Pues que todo no es más que historia y que, aunque influye en nuestras vidas, no es determinante. Somos nosotros mismos quienes determinamos el momento histórico que nos toca aportar a la vida de quienes nos rodean. Ojalá que nuestra aportación sea una vida de santidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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