“…Elías ha de venir para reordenar las cosas”
Is Sir 48, 1-4. 9-11; Sal 79; Mt 17, 10-13.
Seguimos avanzando hacia el nacimiento del niño Dios. El texto del evangelio que hoy escuchamos viene luego de la Transfiguración. Los discípulos tienen aún presentes las figuras de Moisés y de Elías y seguramente recuerdan la profecía de Malaquías acerca de la llegada de Elías antes de la aparición del Mesías (Mal 3, 23). Jesús dice que Elías ya ha venido en la persona de Juan el Bautista, pero no fue reconocido.
Si hoy se presentara ante ti Juan el Bautista, ¿serías capaz de reconocerlo? ¿Y si fuese Jesús? ¿Lo reconocerías? En ocasiones queremos ver grandes señales y prodigios para creer, pero en realidad Jesús está siempre presente en la rutina de nuestras vidas.
Desde la fe podemos adivinar esa presencia en el pan y el vino de la Eucaristía, pero lo verdaderamente importante es reconocer a Jesús en la presencia de mi esposa, de mi marido, de mis hijos, de mis padres, de mis hermanos, de los pobres y necesitados; ahí en donde me necesitan.
Pidamos al niño Jesús que está por nacer, que nos podamos sentir, como Juan el Bautista, “amigos del novio” y que nos dé la capacidad de reconocer a Jesús en los demás.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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