“María nos enseña a creer”, es el título que hemos escogido la comunidad misionera de los PP. Paúles de Pamplona para la novena a la Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa de este año 2023 y que ponemos a vuestra disposición.

En la homilía de la apertura de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos del pasado 4 de octubre de 2023, el Papa Francisco, nos recordaba que “no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas ―por ejemplo, si el Sínodo permitirá esto o lo otro; si abrirá esta puerta o la otra―; no, esto no sirve. No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas. El Sínodo, queridos hermanos y hermanas, no es un parlamento. El protagonista es el Espíritu Santo. Estamos aquí para caminar juntos, con la mirada de Jesús, que bendice al Padre y acoge a todos los que están afligidos y agobiados. Partamos, pues, de la mirada de Jesús, que es una mirada que bendice y acoge”.

En este contexto queremos profundizar en “una Iglesia unida y fraterna ―o al menos que trata de estar unida y ser fraterna―, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Una Iglesia que con Jesús, se arriesga. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, es así como quiere a su Esposa”.

María nos ayuda a mirar con ojos de fe, como lo hizo su Hijo Jesús, “las dificultades y los retos que nos esperan, la mirada de Jesús que bendice, acoge y nos libra de caer.

en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida ―una aduana―, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma. En el libro del Apocalipsis, el Señor dice: “Yo estoy a la puerta y llamo, para que abran la puerta”; sin embargo, hermanos y hermanas, Él tantas veces llama a la puerta, pero desde dentro de la Iglesia, para que lo dejemos salir junto con la Iglesia a proclamar su Evangelio”.

En esta novena, con María, no cerraremos puertas sino que abriremos la puerta de nuestra fe para hacerla más humilde, vigorosa y alegre: para ser mejores creyentes, orantes de la Palabra, apostólicamente más fecundos, para saber esperar, contra toda desesperanza, frente a las cruces de la vida, desde una Iglesia sinodal apoyada en la común oración y misión compartida.

A María, Madre de la Iglesia, le pedimos que “sólo abracemos las armas del Evangelio, es decir, la humildad y la unidad, la oración y la caridad” en nuestro compromiso evangelizador. Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia.

Como siempre, recordad que este material que os ofrecemos es sólo un subsidio litúrgico que debe ser trabajado y adaptado en cada situación pastoral en la que estamos.

Luis Miguel Medina, C.M.
Fuente: Web de los Misioneros Paúles de la provincia de Zaragoza (España)

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