“Al pasar junto a él, lo vio y tuvo compasión”
Gál 1, 6-12; Sal 110; Lc 10, 25-37.
¿Quiénes son las personas necesitadas que están al lado de nuestro camino diario?, ¿cuál es nuestra actitud ante ellas?, ¿las miramos, nos detenemos y las atendemos?, ¿o cobardemente volteamos nuestra mirada hacia otro lado y pasamos de largo?
La pregunta que hace el doctor de la Ley para justificarse es: “¿Quién es mi prójimo?”. Es una pregunta que corre el riesgo de ser contestada desde la pasividad y quedarse encerrada en lo imaginario.
Por el contrario, Jesús cambia la pregunta y con ello el sentido de la misma: “¿Quién se portó como prójimo del hombre asaltado?” Deestamanera, exige una respuesta desde la acción pronta y amorosa.
Queremos que otros sean prójimos de nuestras necesidades, pero nosotros no nos disponemos para convertirnos en prójimos de otras personas que necesitan de nuestra atención y cuidado, de nuestro cariño, comprensión y escucha.
Hoy y cada día… seamos prójimos, y no pasemos de largo de esas personas que están en nuestro camino esperando a que les ofrezcamos nuestra compasión y ayuda.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Pedro Alejandro Salazar Aranda
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