El tiempo de la familia

por | May 31, 2022 | Formación, Reflexiones | 0 Comentarios

Tener hijos no es sólo un acto biológico reproductivo, aislado de todo lo demás. Tener hijos debe ser parte de un proyecto integral de construcción de una familia, debe ser un componente de un proyecto de amor y de entrega.

El mes de mayo es un mes lleno de simbolismo y significado. Es un mes femenino, es afectivo, está lleno de gracia, es fértil, es libre. El mes de mayo debe su nombre a la diosa griega Maya, diosa de la fertilidad. Mayo es el mes de la Madre, el mes de María, el mes del corazón, el mes de los trabajadores, de la abolición de la esclavitud. Pero mayo es también el mes de la familia.

En 1994, la Asamblea General de la ONU proclamó el 15 de mayo como Día Internacional de la Familia, con el fin de destacar la importancia de la familia, su papel en la educación de los niños, reforzar el mensaje de unidad, amor, respeto y comprensión, llamar la atención sobre la importancia de la familia como núcleo vital de la sociedad y sobre sus derechos y responsabilidades.

La familia es una agrupación humana formada por dos o más personas con vínculos biológicos, ancestrales, jurídicos o afectivos, que generalmente viven o han vivido en la misma casa. Pero también hay, preferentemente, un vínculo que une a estas personas, que es el amor. Se dice que la familia es una célula, es la primera sociedad que conocemos, la primera escuela, la primera iglesia. La familia es el pilar que sostiene nuestras vidas y nuestra sociedad. No hay modelos de familia porque puede ser de todo tipo y tamaño. Un padre, una madre y uno o varios hijos son quizás el tipo de familia más común, pero una madre y un hijo son una familia, una abuela y un nieto, dos hermanos, etc… Pero hay algo fundamental para el crecimiento y la perpetuación de una familia: que nazcan niños.

Sabemos que cada vez nacen menos niños en el mundo. La razón no se conoce ni se entiende del todo, pero puede estar relacionada con las condiciones de vida, las condiciones socioeconómicas, la desconfianza sobre el futuro, la dificultad para encontrar pareja, la infertilidad. En Protugal, hace años que no renovamos las generaciones y sucesivamente el número de muertes supera al de nacimientos. Estamos envejeciendo y comprometiendo nuestro futuro común.

Hay personas que han decidido no tener hijos y lo hacen conscientemente. Hay personas que no tienen hijos o no tienen más hijos porque su vida, sus condiciones económicas, sus circunstancias no se lo permiten. Hay personas que no tienen hijos porque no encontraron a la persona adecuada, en el momento adecuado. Hay personas que no tienen hijos porque sufren una enfermedad, la infertilidad. Hay personas que no tienen hijos porque es demasiado tarde.

Hay cosas que no podemos cambiar, no están a nuestro alcance, no dependen de nuestra voluntad, son inevitables. Pero hay otras que sí podemos, antes de que sea demasiado tarde.

El mes de la Madre, de la familia, de la fecundidad, es el mes propicio para reflexionar y actuar.

En la fertilidad hay un factor determinante, no siempre considerado, que es la edad, especialmente la de la mujer. Una mujer nace con su reserva ovárica completa y definida. A partir de la primera menstruación, la reserva ovárica de la mujer comienza a disminuir de forma gradual y progresiva y a partir de los 35 años la disminución es brusca. Esto significa que después de los 35 años la probabilidad de un embarazo y su viabilidad hasta el parto, comienza a disminuir. La mayoría de las mujeres piensan que hay tiempo, que pueden quedarse embarazadas cuando quieran. Pero este no es el caso. Y hay un sentimiento común entre las mujeres y parejas que intentan quedarse embarazadas tarde y no lo consiguen: el arrepentimiento. La falta de información, el desconocimiento de la realidad biológica, el desconocimiento de los métodos de preservación de la fertilidad, llevan a este arrepentimiento. E incluso con el recurso a la procreación médicamente asistida, que siempre aporta un rayo de esperanza, la tasa de éxito en la tercera edad, no es emocionante.

Tener hijos no es sólo un acto biológico reproductivo, aislado de todo lo demás. Tener hijos debe ser parte de un proyecto integral de construcción de una familia, debe ser un componente de un proyecto de amor y de entrega.

Al igual que planificamos el futuro, la carrera académica y profesional, también debemos planificar la maternidad y la paternidad, debemos planificar la familia que queremos tener y que queremos ser, con la conciencia de que hay un tiempo para cada cosa.

«Todo tiene su tiempo, y hay un tiempo para cada cosa bajo el cielo.
Hay un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar lo que se ha plantado» (Eclesiastés 3,1-2).

Carla Rodrigues
Fuente: https://www.padresvicentinos.net/

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