«Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros como yo los he amado»
Hech 14, 21-27; Sal 144; Ap 21,1-5; Jn 13, 31-35.
La Pascua es el paso de la muerte a la vida, y hoy Jesús nos dice cuál es el camino para este paso: amarnos unos a otros. Lo hemos oído mil veces, ya es hora de que lo pongamos en práctica. Amar es la condición para crecer, para llegar a la libertad, para construir una vida nueva. Es sencillo y claro, lo rechazamos porque va en contra de nuestro “yo” egoísta y mezquino. Jesús es el camino, Él amó sencillamente, plenamente.
La 1a Carta de San Juan nos dice que seremos semejantes a Él porque lo veremos tal cual es; ese es el secreto para amar, para ser como Jesús: verlo como Él es. Aquí entra en juego la oración como hecho de fe y de amor, como respiración de nuestra relación con Dios: purifica el corazón y aclara la mirada, permite acoger la realidad desde otro punto de vista; es una mirada de fe fijada en Jesús. “Yo lo miro y él me mira”, decía el cura de Ars-.
Y es entonces cuando la luz de la mirada de Jesús ilumina nuestro corazón, nos enseña a ver todo desde la luz de su verdad y de su compasión.
Puedes escuchar en internet “Dame Señor tu mirada”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
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