No es primera vez que leyendo un artículo del Padre Eduardo Barrios en publicaciones del “Lets Talk Blog” de la Archidiócesis de Miami, me inspire para escribir sobre el mismo tema; pero con un enfoque distinto.
Comprendo que seguir las huellas de Jesús nunca ha sido fácil, pues recuerdo cuando leemos en la Biblia aquel episodio en el que Lucas 18.18 “Un hombre importante le preguntó: Maestro bueno ¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Solamente uno es bueno y ese es Dios, Conoces los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes testimonios falsos, honra a tu padre y a tu madre. Pero él contestó: Todo esto yo lo cumplo desde joven. Al oír esta declaración, Jesús le dijo: Todavía te falta algo: vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y tendrás un tesoro en el cielo, después ven y sígueme. Cuando el oyó la respuesta, se puso muy triste, porque era harto rico. Viéndolo dijo Jesús: ¡Qué difícil es entrar al Reino de Dios cuándo uno tiene las riquezas!»
El Padre Barrios solo aquí se refiere al voto de pobreza que hacen los curas y en especial los jesuitas, sin embargo siempre se ha asociado a los jesuitas a hacer la rama clerical más rica y que mas relaciones han tenido con los ricos, esto puede verse en nuestra América Latina, claro que esto ha cambiado y sigue cambiando, de eso trata el articulo del Padre Barrios.
Yo me quiero referir al voto de pobreza que debemos hacer los laicos, sí, no se asusten que esto no quiere decir que se despojen de sus riquezas, que lo vendan todo y lo repartan entre los pobres, porque creo que podemos pedirles un voto más personalizado y menos difícil, como el que es: Reparte entre los pobres un poco de lo que Dios te regala todos los días, no te hagas el loco, cuando te pidamos, que nos ayudes para dar de comer al hambriento. En una palabra que te leas a Mateo 25 cuando habla de la salvación de nosotros los laicos.
Que significa ostentación para nosotros: Ostentar, por su parte, implica exhibir algo, hacerlo notorio. Por lo general, quien ostenta busca llamar la atención para jactarse de algo que tiene: dinero, joyas, un automóvil de lujo, etc. y yo le agrego algo, es: Darle una bofetada al pobre, al que nada tiene.
Hay veces que vemos aquellos que vienen a ayudar al necesitado con todos estos epítetos y en vez de ayudar lo que hacen es hacer daño a aquellos que carecen de todo. La ostentación para nosotros los laicos debe ser algo que debemos cuidar y cuando visitamos a un pobre hagámoslo como lo hubiera hecho Jesús, porque el era y es el más pobre de todos los pobres, sin embargo sin ninguna ostentación es nuestro Rey nuestro Salvador.
Si, es verdad nuestros pastores deben examinar la práctica de la pobreza evangélica; pero los laicos estamos más obligados a hacerlo, porque estamos en contacto directo con ellos, nuestro ejemplo debe servirles para que mejoren sus situaciones económicas, con nuestra ayuda y con la superación de ellos haciéndose más competitivos para los próximas generaciones.
Demos mas y alardeemos menos, caminemos tras las huellas e Jesús, buscando al pobre y enseñándolos a vivir, evitemos con todo, nuestro esfuerzo y entrega, que sean pisoteados, por políticos y hasta por su propia familia, veamos en ellos la cara de Jesús y cuando comprendamos esto y llevemos a cabo nuestro amor a ellos, estaremos firmemente caminando a encontrarnos con Jesús sin miedos ni remordimientos por lo que dejamos de hacer.
Por Víctor Martell
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