Poema dedicado al amigo de los pobres, San Vicente de Paúl, que entregó su vida sirviendo a Cristo en aquellos carentes de pan, de salud, de evangelización:
El pan y la sonrisa
Por las calles y alboradas
tras las huellas de un dolor,
ahí entró un buen Vicente
con el pan y la sonrisa.
Peste, hambre, más la guerra,
todo esto iba naciendo
junto a niños en miseria,
sin un pan y una sonrisa.
Aquel Cristo, aquel pobre,
son la regla y son el peso.
Son, Señor Vicente,
la puerta siempre en par
por tu pan y tu sonrisa.
No te vayas misionero,
que te tienen como un padre,
no les dejes sin misión,
dales pan y la sonrisa.
P. Pablo González Sandoval C.M.,
Chile.
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