Ayudemos a nuestro pastor

por | Dic 1, 2021 | Formación, Reflexiones, Víctor Martell | 0 comentarios

La creación de las Confraternidades Vicentinas en nuestra gran rama vicentina ha sido un verdadero suceso, porque ellos en sus grupos de profesionales o técnicos en su oficio pueden llevar ayuda a miles de necesitados. Lo importante es que haya una gran comunicación entre las distintas ramas vicentinas y estas Confraternidades, porque vamos a pedirles a ellos que resuelvan los casos a medida de sus probalidades. Hace poco en un articulo mío le pedía ayuda a los abogados, otra rama importante son los educadores que pueden llevarle asistencia miles de escolares con programas en sus computadoras o sencillamente crear clases virtuales, los psicólogos y así podría nombrarlos a todos porque todas las Confraternidades son necesarias.

Otro gran problema que es digno de mención, es la ayuda que necesitan nuestros pastores en sus iglesias, imagínense ustedes padres de familia, que me leen, que tengan un grupo de 500 hijos en su hogar, lógicamente se volverían locos o tendrían que pedir ayuda, pues nuestros pastores tienen en sus iglesias a 500 familias y en otras muchas, pero muchas más, que multiplicado por cuatro, ese es el promedio por familia suman 2000. ¿Cómo pueden atenderlos? Les falta ayuda de nosotros los laicos, en los ministerios, en los grupos parroquiales hasta limpiando la casa de Dios, que también es nuestra casa, recuerden a Fray Escoba y llego a ser santo. Recuerden que nuestro cura esta todo el día en la iglesia, tiene que dar misas, atender honras fúnebres, dar consejos, confesar, bautizar, casar, por favor, yo creo que por eso hay menos vocaciones, porque saben el gran trabajo que les espera.

Nos pasamos hablando de las grandes reformas que tiene que adoptar nuestra iglesia a veces hacemos estos comentarios sin saber, ni siquiera a que nos referimos. No, querido hermano, la reforma urgente de la iglesia tienes que hacerla tu como laico, no podemos ser un católico de ir a la iglesia todos los domingos y cumplir sus mandamientos, existe uno y creo que es el más importante el de ayudar a nuestros hermanos y a quien mejor que a nuestro Padre a nuestro pastor, da algunas horas de cualquier día para ayudar a nuestros padrecitos, algunos ya viejitos y ahora no me acusen de “guatacón” de los curas, es que comprendan, ustedes tienen la obligación de hacerlo, no hay pastor que lleve un rebaño de 2000 ovejas. Yo creo que el abuso es también un pecado.

Este domingo cuando vayas a misa o cualquier día, que puedas tener una reunión con el, aunque tendrás que pedir cita, porque de seguro tiene 10 o 12 familias esperando. Pregúntale: Padre ¿Cómo puedo ayudarle?, eso lo hará feliz y tu estarás sirviendo en tu casa que es la iglesia y también la casa de Dios, las bendiciones que recibirás serán inmensas, porque estás contribuyendo con tus obras, solamente comparables de cuando ayudas a un hermano que no tiene nada, proporcionándole una vida mejor. Anímate es tu hora.

Por Víctor Martell

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