“¡Qué grande es tu fe!”
Núm 13, 1-2. 25-14; Sal 105; Mt 15, 21-28.
El pasaje evangélico de hoy sitúa a Jesús mucho más allá de los límites de la región judía, como en una especie de invitación, pero también de reto, y no tanto para los extraños, sino para los propios. Y para muestra un botón: resultó más fácil que la mujer cananea se acercará a Jesús con respeto, pidiendo la liberación de su hija, antes que los discípulos le pidieran despacharla porque venía incomodando con su petición.
La actitud de Jesús desconcierta, parece descortés y cortante en su negativa a resolver la situación de la mujer por su condición de “extraña” y “extranjera”: “no está bien quitar el pan a los hijos y echarlo a los perritos”. Pero la respuesta de la mujer es “cachetada con guante blanco” a la actitud de los discípulos: “tienes toda la razón, Señor, pero también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”.
Señor, concédenos la confianza y tenacidad de la mujer cananea, para saber sacar las cosas más buenas, incluso de los reveces más rudos de la vida o de aquellos con quienes convivimos. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez Benavides, CM.
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