El 4 de junio de 1975, el entonces ministro de economía argentino, Celestino Rodrigo, dispone un ajuste económico que duplica los precios, produciendo la disminución del poder de compra de los argentinos y un desabastecimiento de los productos de primera necesidad. La pobreza se multiplica especialmente en el barrio del Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. Esos tiempos de ajuste y los vaivenes de la economía se sienten principalmente entre los más necesitados, como siempre los pobres.
Por ese entonces sor Adela Barrios HC, Visitadora local de las Hijas de la Caridad de SVP, dando respuesta a esta crisis -que arroja a las calles a cientos de personas con hambre-, inaugura un comedor comunitario al que llaman con el nombre su santo patrono y fundador San Vicente de Paúl.
La concurrencia de personas indigentes y sin techo crece año tras año y las Hermanas se organizan para que, además del almuerzo, poder servir una merienda. Más tarde brindarán servicio de duchas y peluquería, además de ropa y calzado.
Esta obra, que ha pasado por la coordinación de algunas Hijas de la Caridad como sor Ángela, sor Leonor, sor Nevia, sor Solange y sor Rosemery, es un referente solidario y evangelizador del barrio de Constitución, en Buenos Aires, pues al tiempo de servir la comida se hace reflexión del Evangelio del día.
Cuando llega la pandemia de COVID a Buenos Aires, por protocolos sanitarios, se comienza a entregar viandas calientes a todos aquellos pobres que hacen cola con distanciamiento social en la puerta del comedor.
Asimismo, durante 2020-21 en un proyecto conjunto de la AMM y la SSVP, se desarrolla una campaña de donativos mensuales para la compra de insumos como bandejas plásticas, vasos térmicos y cubiertos descartables. También se consiguen aportes voluntarios para la compra de una nueva cocina industrial para uso exclusivo del comedor comunitario.
El Comedor Comunitario San Vicente de Paúl, en sus 45 años de vigencia, es fiel representación del carisma vicentino por los pobres y su obra es reflejo de la Palabra del Señor: “Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber…” (Mt 25, 35)
Juan Manuel Manes
Me acuerdo perfectamente del tratamiento de apertura del Comedor. Siendo decano zonal el Padre Rafael con curato en la Parroquia de la Natividad de María (hoy lo tenemos como padre confesor en Santa Lucía) nos reunía a todas las asociaciones entre ellas a los vicentinos en la Parroquia del Inmaculado Corazón de María, en una de las reuniones se tocó el tema de un Comedor Comunitario en la Vicaria, y allí surgió la dinámica hija de la Caridad, Sor Juana(no recuerdo su apellido) encargada del Dispensario que estaba en Brasil y Tacuarí , con el apoyo del Padre Sendra claretianos, y todos las aParroquias participaron de la idea Parroquias dieron el visto bueno y el apoyo