“Nunca hombre alguno ha hablado como éste”
Jer 11, 18-20; Sal 7; Jn 7 40-53.
Utilizando la imaginación, pensemos en un objeto, que, suspendido en el aire y gracias a la iluminación desde distintos ángulos, refleja hacia una pared la sombra en forma de círculo y el mismo objeto refleja hacia otra pared la forma de un cuadrado. Desde el punto de vista de la pared que recibe la forma de un círculo se puede afirmar que el objeto suspendido es una “esfera”. En cambio, para la pared que recibe la forma de un cuadrado, el objeto deberá ser un “cubo”. La realidad es que se trata de un “cilindro”, que puede reflejar esas dos “figuras” sin ser ni esfera ni cubo.
Los policías fueron enviados a arrestar a Jesús, pero conforme lo iban escuchando, descubrieron que era alguien diferente, especial. Por eso también Nicodemo, por inspiración divina, pide a los fariseos que se dispongan a no quedarse con su visión “cuadrada”. Escuchar a Jesús, conocerlo, es indispensable para relacionarnos con su persona total y dejarnos transformar la vida toda. ¿Hay alguien en mi vida a quien yo haya condenado sin escuchar su versión de la historia?
Señor, que sepamos escuchar a los pobres, porque ellos tienen una percepción especial de la realidad, del mundo y de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Adrián Acosta López C.M.
Hermoso.Gracias y felizdía.