Los laicos vicentinos que se encuentran a nivel mundial, es posible que vivan en algún país no democrático, en donde la tiranía es la que gobierna y el pueblo sufre diferentes males, incluyendo el asesinato a los que se atreven a levantar la voz.
A pesar de estas terribles realidades e injusticias en nuestro mundo, son también miles de personas las que se atreven a luchar contra corriente por darle a su nación un futuro mejor.
También es cierto que miles de hermanos vicentinos no comparten las injusticias que provienen del poder hacia los pobres y necesitados y que algunos se atreven a cuestionar al sistema. Ante estas realidades de nuestros pueblos, ¿Debe un laico vicentino luchar por el bienestar de su pueblo?
Las sagradas escrituras dicen: “Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión los unos por los otros. No opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los pobres. No maquinen el mal en su corazón los unos contra los otros”. Zacarías 7:9-10.
Desde tiempos remotos el Señor había advertido, a través de los profetas, a los tiranos que no debían ser injustos ni crueles con sus pueblos, pero la historia ha comprobado que estas palabras no fueron ni son oídas.
Jesús vino a cumplir la profecía del profeta Isaías 61:1, Así lo explica el evangelista Lucas 4:18, si leemos bien estos versículos y otros más en la Biblia, sin duda nos daremos cuenta que los profetas y Jesús fueron asesinados por denunciar y criticar la opresión e injusticia por parte de los tiranos de turno.
Así, las cosas, el laico vicentino no debe ser un ser pacifico mudo, por el contrario, debe actuar y denunciar, pero sobre todo debe ser coherente con su vida para ser escuchado y creíble.
El laico vicentino que desea denunciar la opresión de su pueblo o nación, no debe buscar protagonismo porque esto es peligroso y hasta mortal. El laico vicentino, si desea la libertad de su pueblo, debe empoderarse primero de la situación real de su país, estar dispuesto a vivir siempre en la comunidad, y lo principal, estar en comunión con Dios.
No es pecado desear la libertad de su pueblo, denunciar las injusticias y crímenes que vienen del poder contra los pobres y mas necesitados, pero esto es cuando nace del corazón luchar contra las arbitrariedades de los tiranos y nunca por querer brillar porque es peligroso.
Alejandro Calero,
Confraternidad de escritores y periodistas y miembro de SSVP, en Nicaragua.
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