“El señor es mi pastor, nada me faltará”
Ez 34, 11-12. 15-17; Sal 22; 1Cor 15, 20-26; Mt 25, 31-46.
Con la solemnidad de Cristo, Rey del Universo, cerramos el año litúrgico 2019-2020, ciclo A.
Con mucha frecuencia vemos al ser humano, alrededor del mundo y en diferentes grupos sociales, luchando por el poder. Poder para controlar, para dominar a los demás y sentirse rey y señor. Esta ambición de ser más que los demás es la que denigra a la persona y empobrece a la humanidad.
El verdadero poder se hace visible en el servicio. El servicio nos humaniza cuando cuidamos del otro para que no se pierda y buscamos al que está perdido y atendemos al maltratado y desprotegido para robustecerlo. El verdadero poder hace sentir al otro que vale, que tiene dignidad, porque es tratado con justicia y amor.
Qué alegría tener en la vida la presencia siempre viva de Jesucristo, el Buen Pastor, que se ha encarnado y sentado en nuestro suelo, sintiendo nuestros dolores y angustias Qué alegría sentirse cuidado y apapachado por la justicia de Jesús, el Hijo de Dios y saber que con Él nada nos faltará, porque es el Señor, Rey del Universo.
No se te olvide que tu poder es servicio, justicia y amor. ¡Viva Cristo Rey!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Jesús Arzate Macías C.M.
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