Presentación
“María, mujer de la Pascua”. Este es el título que hemos escogido la Comunidad Misionera de los PP. Paúles de Pamplona para la Novena de la Milagrosa de este año.
Decía San Agustín que “vivir el tiempo de Pascua consistiría sencillamente en imitar con prontitud las virtudes de María”. Imitar a María supondría unirnos más a Jesús porque él se complace al ver que en nosotros hay algo de su madre. Jesús nunca nos daría como modelo a imitar a alguien que nos apartara de él, así que si nos dio a la Santísima Virgen fue porque ciertamente en Ella encontramos a alguien que se ofreció a la causa del amor, que resistió el dolor de ver morir a su propio Hijo en la Cruz y que, ante todo, respondió generosamente a la voluntad del Padre.
Sin duda el coronavirus ha trastocado nuestras vidas y ha condicionado el tema y la redacción de la novena de este año 2020. Imitar a la Virgen, la mujer de la Pascua debería llevarnos a todos a tener paz y confianza en el Señor y a fortalecer nuestra esperanza en “este tiempo de prueba”. Este será el objetivo de los diversos temas que desarrollaremos de la mano de María Ko, Salesiana y profesora de Sagrada Escritura en la Pontificia facultad de Ciencias de la educación “Auxilium”, en Roma, apoyados en su librito: “Magnificat. El canto de María de Nazaret”.
El Papa Francisco en su Encíclica, Fratelli Tutti, destaca la figura de la Virgen María: «Ella recibió ante la Cruz esta maternidad universal (Jn 19,26) … Ella, con el poder del Resucitado, quiere crear un mundo nuevo, donde todos seamos hermanos, donde haya lugar para cada descartado de nuestras sociedades, donde resplandezcan la justicia y la paz» (278).
“La pandemia que padecemos y sus consecuencias sociales y económicas nos interpelan profundamente. Este escenario requiere una serena reflexión a la luz del misterio pascual de Cristo que ilumine las sendas por las que caminar. Necesitamos la luz de la esperanza que nos ayude a afrontar los desafíos presentes”. (Bienaventuranzas en tiempos de pandemia Ante la crisis sanitaria, económica y social a causa de la COVID19. Obispos de Navarra y País Vasco).
“Quisiéramos volver los ojos a María. Ella aceptó la misión que Dios le confió. Su vida fue amor que se transforma en servicio: a su prima Isabel, a los esposos en las bodas de Caná, en el acompañamiento a su Hijo a lo largo de su misión, en el consuelo a los pies de la Cruz, en la acogida del Cuerpo santo crucificado de Jesús y junto a los apóstoles en la espera gozosa del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Los discípulos aprendieron de Ella la fisionomía de la verdadera y gran esperanza en el duro y desconcertante trance de la Pasión. También ahora es fuente de nuestra esperanza porque está atenta a nuestras necesidades para presentarlas a su Hijo en estos difíciles momentos” (Ibidem).
Imitar a María no nos llevará como destino final a Ella misma sino a Dios. Ella es vía que conduce a Cristo. Es la “encaminadora” de Cristo. María es puente y no isla, camino y no meta, mediadora y no centro, intercesora y no centralizadora. “Si al contemplar, rezar y bendecir a la Virgen, no nos acercamos más a Cristo y nos encontramos con él, no habremos entendido nada” (San Juan Pablo II).
María es la mujer de la pascua, del anuncio y de la misión. “Toda su vida es un camino, una peregrinación de la fe” (LG 58). Ella vivió con alegría, energía y prontitud aquel encargo de ir por el mundo haciendo discípulos del Señor.
La Novena será un momento privilegiado para fortalecer nuestra vida cristiana en la escuela de la Madre, peregrina de la fe.
Como siempre, recordaos que este material de la novena es sólo un subsidio litúrgico que debe ser trabajado y adaptado en cada comunidad cristiana. Nos ayudará en la celebración litúrgica y en el seguimiento de Jesucristo, a imitación de María.
Luis Miguel Medina, C.M.
Rector de la Milagrosa
Fuente: Web de los Misioneros Paúles de la provincia de Zaragoza (España)
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