Esta época de la Covid-19 está siendo un desafío en todo el mundo. En Thigio aún no hemos experimentado casos positivos, pero estamos tomando precauciones como si los hubiera cerca de nosotros.

Nuestros programas escolares se han clausurado y probablemente permanecerán así hasta enero. Aún así, nuestro trabajador social y los maestros han mantenido contacto telefónico con las familias de nuestros usuarios con discapacidades. Nos asegurarnos de que todos están bien y seguros. Lamentablemente, uno de nuestros niños con discapacidades severas falleció el mes pasado. La hermana Pat, directora del programa de educación, asistió al funeral con algunos de los profesores. Llevaban máscaras y mantuvieron la distancia, pero la familia sabía que estaban allí.

Algunos de nuestros profesores ayudan en los jardines adjuntos a nuestros centros de educación para adultos. Se ofrecen como voluntarios para cortar el césped, desherbar y cosechar cualquier producto. Compartimos lo que podemos con nuestros usuarios y sus familias. Los maestros también ayudan a limpiar las aulas, para que estemos listos para abrir de nuevo. Por supuesto, usan máscaras, desinfectan sus manos y mantienen la distancia.

El Hospicio de Nuestra Señora permanece abierto. Los nuevos pacientes del hospital deben hacerse una prueba de Covid-19. Los que vienen de casa son admitidos en una habitación privada donde se observan sus síntomas. Cada paciente puede tener un visitante designado que debe estar libre de síntomas, lavarse las manos y usar una máscara cuando lo visite. Los visitantes también son examinados para detectar fiebres. Se anima a los pacientes a que se mantengan en contacto con otros miembros de la familia por teléfono.

La Clínica de la Santa Cruz ha permanecido abierta. Los pacientes son examinados antes de entrar en la clínica. Los pacientes y el personal usan máscaras y se limpian las manos aún más a menudo. La detección de la violencia de género también es particularmente importante, ya que es una preocupación importante. Las personas que viven con el VIH y que asisten a la clínica han seguido recibiendo apoyo alimentario cada dos semanas.

La mayoría de las personas han logrado encontrar comida, ya que somos una comunidad agrícola. Aún así, algunos de nuestros vecinos han solicitado apoyo alimentario. Una persona que necesitaba comida era Martin (nombre cambiado por privacidad), un hombre con parálisis cerebral. Martin tenía su propio pequeño negocio de venta de jabón líquido que desafortunadamente cerró cuando sus fondos se agotaron. Estaba muy contento de recibir alimentos que le ayudarían a sobrevivir las próximas semanas.

Debido a que el programa de Desarrollo de la Mujer suele tener lugar en un lugar muy pequeño, muchas actividades han sido pospuestas. Algunas de las mujeres hicieron máscaras desde su casa durante los primeros días de la Covid-19, antes de que las máscaras estuvieran disponibles, lo que les ayudó a ganar algo de dinero y a trabajar en otros proyectos desde su casa. El taller de costura que dirigen algunas de las mujeres permanece abierto y sigue obteniendo pequeños beneficios. La hermana Elizabeth sigue proporcionando asesoramiento y consejo a las mujeres.

¿Qué se debe hacer? Nuestra respuesta en Thigio es que hagamos lo poco que podamos, donde podamos, por quien podamos, y confiar en que Dios hará el resto. Agradecemos a aquellos que nos ayudan a llegar a nuestros prójimos en tiempos de necesidad y agradecemos a todos los que hacen lo mismo en todo el mundo, especialmente a nuestro personal de atención médica y de respuesta a emergencias.

Escrito por: Sor Deborah, hija de la caridad en Thigio (Kenia).
Fuente: http://www.daughtersips.org/