Quisiera iniciar este artículo compartiéndoles que, para mí, hablar de la Familia Vicentina es expresar mi propia vida. Haber sido parte efectiva y afectiva del Primer Encuentro de los 13 Coordinadores de las Confraternidades Vicentinas, llenó mi corazón de amor, de ánimo, de esperanza.
Todo se desarrolló de una forma muy sencilla. Por un momento pensamos en reunirnos solamente los 13 coordinadores de las confraternidades, para conocernos y hablar de las confraternidades. Pero cuando se iba acercando la fecha del 23 de agosto… quisimos conectar este acontecimento con una fecha que es muy importante para toda la Familia Vicentina Internacional: un 23 de agosto del año 1617, el Padre Vicente se reunió por primera vez con una grupo de señoras, para animar y organizar la práctica de la caridad. Fue en ese día cuando se fundó la primera Cofradía de la Caridad, hoy AIC.
Fue así que, de una reunión con pocas personas, decidimos ampliar un poco la invitación y celebrar, como Familia Vicentina, el gran acontecimiento de hace 403 años, como una respuesta comprometida, desde nuestra propia realidad.
En el año 2020, en medio de una pandemia, nuestro corazón de Vicentinos nuevamente ha respondido al llamado de nuestra realidad, atreviéndonos a juntar nuestros dones, en una MESA COMÚN: poniendo al servicio de los más empobrecidos nuestra experiencia profesional.
Empezamos con un oración, seguida de una reflexión espiritual. Después, cada coordinador de cada una de las confraternidades nos presentó su especificidad de profesional: en qué consiste la confraternidad, razones para existir, las grandes expectativas y los grandes desafíos que podremos enfrentar.
Nuestra confraternidad de Psicólogos está conformada por personas de diversos países, incluso desde España, con diversidad de especialidades: clínica, educativa, salubridad, organizativa, etc. Todo ello concretiza la riqueza que tenemos, pues dentro de nuestra confraternidad contamos con experiencia en las más diversas posibilidades de actuación desde la Psicología.
Nuestra gran expectativa, y a partir de un mapeo, es llegar a presentar una red de atención Psicológica para las personas que más lo puedan necesitar. Sabemos de los dolores y sufrimientos que pasan las personas en general. Pero ahora, más que nunca, en tiempos de pandemia, los dolores y sufrimientos pueden presentarse más intensos. Estamos en la fase de construcción de la estructura necesaria para hacer funcionar la red; y crear un canal de contacto, para que las personas que requieran ayuda psicológica, puedan contactarnos fácilmente. Estamos muy animados y dispuestos a prestar esta atención a todos los que lo necesiten.
En conclusión, puedo decir que fue un encuentro muy hermoso, donde tuvimos la oportunidad de conocer cada confraternidad e intercambiar nuestros aportes personales, cristianos y vicentinos. Como confraternidades, queremos compartir nuestros dones profesionales para poder servir mejor a las personas. Lo que más me encanta en nuestra Familia Vicentina es mirar la fuerza que sale de nuestras manos y desde el corazón. ¡Que el legado de San Vicente de Paúl nos impulse a siempre practicar la caridad llenos de amor!
Ada Ferreira
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