“Los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la planta y se queda estéril”
Jer 3, 14-17; Jer 31; Mt 13, 18-23.
El Padre Santiago Martin, F.M., en una de sus predicaciones habla de que Dios nos ha creado con libertad pero que, justamente en esa libertad radica nuestra responsabilidad, para ir limando nuestras asperezas y corrigiendo nuestros errores y pecados. A eso es a lo que Jesús llama las “zarzas” que no dejan crecer la planta ni dar fruto; algunas nos las ha dado la vida, pero otras han nacido en nuestra tierra, por descuido o malas opciones.
Nuestro trabajo es analizar la responsabilidad que tenemos: ¿Estoy demasiado preocupado por las cosas del mundo? ¿Me entusiasmo demasiado y luego se me va la ilusión? Después, me corresponde quitar mis espinos y mis piedras.
Pero Dios, en su misericordia, nos ha dado un “jardinero”, que es Jesús; Él nos riega, nos abona, cuida nuestra tierra. Nos corresponde colaborar con él: acercarnos, hacer más oración, meditar sobre su entrega y su amor infinito por nosotros.
Sólo así podremos aspirar a dar fruto.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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