“Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”
Miq 7, 14-15, 18-20; Sal 84: Mt 12, 46-50.
El padre Santiago Martin, FM, dice: “Cristo nos permite ser su madre; podemos ser su madre espiritual y sus hermanos, si cumplimos la voluntad de Dios.
La clave es escuchar el mensaje del Señor y llevarlo a la práctica. Los más próximos a su corazón son los que hacen su voluntad.
Nosotros como Iglesia tenemos que cumplir la voluntad de Dios. Y para esto tenemos que ir a su origen, mirando a sus principios, mirando al amor que Dios tuvo para enviar a su Hijo al mundo y en ese principio había una mujer: María. Una Iglesia sin María, no es la Iglesia de Jesús.
La Iglesia será cada vez más auténtica, cuanto más mariana sea.
Vemos en la Iglesia tantos problemas, crisis, dificultades internas, que no vemos la raíz última del problema. Hace tiempo, en un aspecto, dejó de ser mariana, hay que volver al origen que es María. Porque esa mujer había hecho suya la palabra de Dios y ya era madre espiritual de Dios antes de ser su madre biológica. Que volvamos a María para que cada uno haga lo que Dios quiere.”
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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