“Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, gratuitamente”
Os 11, 1-4. 8-9; Sal 79; Mt 10, 7-15.
«Cristo nos invita a experimentar la gratuidad del Amor de Dios y a dar gratuitamente lo que hemos recibido gratuitamente.” (Fray Nelson M. OP)
“Gratuitamente” se refiere a la “gratuidad”, que es la virtud de dar todo como regalo, aunque no sea merecido. No entra en las transacciones, ni en los negocios, no se trata de un intercambio de bienes o de un pago por algo recibido.
Así es el amor de Dios. No nos ama por lo que somos o por lo que le damos, porque no le podemos dar nada que Él no nos haya dado primero. Su amor es incondicional, regalado. A través del profeta Oseas hoy el Señor nos dice: “Mi corazón se conmueve dentro de mí y se inflama toda mi compasión. No cederé al ardor de mi cólera.” A pesar de nuestros pecados y distanciamientos Dios no actúa según la lógica de la transacción; al contrario, su amor es como aquel que describe San Pablo: “sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo” (1 Cor 13, 7).
Señor, enséñanos a “dar gratis”, especialmente en el matrimonio y en la familia: Comprender los errores, el mal carácter, los malos momentos, los defectos. Danos la capacidad de perdonar como Tú.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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