Cristo unifica e ilumina toda vida familiar.
Sir 3, 3-7. 14-17; Sal 127; Col 3, 12-21; Mt 2, 13-15. 19-23.
El pueblo Rarámuri saluda preguntando: “¿Qué soñaste?” Tiene una sensibilidad especial a esta experiencia espiritual. El salmista ora diciendo: “Bendigo al Señor que me aconseja, aun de noche instruye mi conciencia.” Leyendo el evangelio de hoy, podríamos decir que san José hizo suya esta alabanza.
San José fue un elegido de Dios, revestido de sentimientos de profunda compasión, de mansedumbre, de paciencia; vivía con Jesús, lo cuidaba de día y de noche; lo acompañó en todo a él y a su madre mientras vivió. José estuvo atento a la voluntad de Dios hasta en sueños.
Obedeció al ángel del Señor para poner a salvo a su familia, arameos errantes que bajaron a Egipto. La sagrada familia inspira fortaleza, estimula la resistencia de los desplazados, migrantes y refugiados que buscan una vida mejor.
Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas de Evangelio. Que nunca haya episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido, sea pronto consolado y curado.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Alicia Margarita Cortés H.C.
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