La juventud es una fase marcada por muchos sueños, alegrías, descubrimientos, presiones y decisiones. ¿Qué vas a ser? ¿Qué quieres de la vida? ¿Qué profesión seguir? ¿Cuál es el momento adecuado para la vida matrimonial? ¿Cuándo es esto o aquello?

Los jóvenes están cada vez más informados y sobrecargados de compromisos, que terminan atrapándolos en logros individuales para el futuro: ¡necesitan lidiar con el sentimiento egoísta de que primero necesitan tener éxito y luego pensar en el otro!

¿Y ahora qué? En este momento en que tenemos todo el tiempo del mundo y, en cambio, «nos falta tiempo», es el momento de decidir, de elegir los caminos a seguir. Hay innumerables proyectos y descubrimientos en la vida, decidirse por una Conferencia Vicenciana y una vida de vocación a la caridad no ha sido fácil, ni siquiera una prioridad, especialmente cuando se entiende el éxito desde la perspectiva capitalista.

Seguir los pasos de Jesucristo, como lo hicieron aquellos siete jóvenes franceses fundadores de la Sociedad de San Vicente de Paúl, ¡es un desafío! Federico Ozanam, como nosotros, era joven y tenía que decidir y conciliar el estudio, el trabajo, la familia, el noviazgo, los amigos y muchos otros dilemas propios de la juventud, pero no se eximió y no ignoró su papel de protagonista. Decidió que su camino era caminar con y para los que más lo necesitan.

Como Ozanam, que supo ser joven y vivió su juventud en totalidad, seamos también jóvenes vivos, activos y comprometidos. El camino no es huir o negar a nuestra juventud ante las experiencias del mundo, sino ser jóvenes vicencianos que viven el mundo en las diferentes formas y opciones que tomamos. Yo ya hice mi elección, ¿y tú?

Consocia Franciane Lima, Coordinadora de Jóvenes del Consejo Central de Caxias, vinculada al Consejo Metropolitano de Teresina.
Fuente: http://www.ssvpbrasil.org.br/