“Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor”
Apoc 7, 2-4. 9-14; Sal 23; 1 Jn 3,1-3; Mt 5, 1-12
“Estén alegres y contentos porque su recompensa será grande en el cielo”. Invitación a vivir la alegría y gozo en la tierra que nos da el creer en el cielo, sabiendo que Dios conduce todo a su verdadera plenitud.
La vida de sufrimiento, hambre, humillación, enfermedad física o psíquica, de lucha constante, merecerá un: “Entra en el gozo de tu Señor”. El Dios oculto será entonces encontrado, su mirada, su ternura, sus abrazos, su misericordia nos saciará.
Su Palabra es verdadera. Encontremos ya desde ahora el sentido de lo que la vida nos presenta y que nos trae sufrimiento, luchemos por ser misericordiosos, limpios de corazón, trabajadores por la paz.
Un día estaremos proclamando: “¿Quién salva sino nuestro Dios, que se sienta en el trono, y el Cordero?”, con tal que se nos distinga como servidores suyos. Entonces sí “seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Carolina Flores H.C.
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