«El discípulo no es más que el maestro»
1 Tim 1, 1-2. 12-14; Sal 15; Lc 6, 39-42.
Sólo Cristo es el camino que nos conduce al Padre, meta final de nuestras esperanzas. Desde el momento de nuestro bautismo, hemos iniciado un recorrido que desde la fe nos lleve cada día a asemejarnos más al Maestro, Jesucristo.
El juicio apresurado sobre los demás, nos lleva a actuar como ciegos que, sin conocer su realidad, les condenamos, muchas veces cayendo en el error. Recuerdo una historia que se cuenta de un sacerdote que fue a un lugar donde se encontraban mujeres que prestaban servicios sexuales, él se acercó a una de ellas y le pagó una hora de su tiempo; no era una cita como de costumbre, durante la charla, él pudo conocer la situación familiar por la que ella estaba pasando y anunciarle el mensaje de Jesús.
¿Cuál sería tu pensamiento sobre aquel sacerdote al mirarlo con esa mujer? ¿Cuál sería mi juicio sobre esa mujer, solo con mirarla?
Señor, ayúdame a usar más el espejo para ver mis defectos, y menos la lupa para descubrir los de los demás.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jesús Plascencia Casillas C.M.
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